Para expresar alegría, tristeza, irritación, agresividad, frustración, deseo… basta con los gritos y poco más. Esa es, precisamente, la base del lenguaje del niño y del salvaje, antes de que aparezca la necesidad de articular palabras y conceptos con los que tratar de apresar intelectualmente las cosas que nos rodean. “Lo que los niños llaman cosas –decía Ortega– son en realidad las siluetas fugitivas que se van dibujando en sus pasiones”. Allí donde la palabra viene a expresar un mínimo de idea y un máximo de afectividad estamos, pues, aprovechándonos del lenguaje no para describir las realidades objetivas sino para dar rienda suelta a nuestras pasiones. Es lo que ocurre sobre todo con los improperios. “La abundancia de improperios –decía también Ortega– es el síntoma de la regresión de un vocabulario hacia su infancia”. Y añadía: “Es sabido que no existe pueblo en Europa que posea caudal tan rico de vocablos injuriosos, de juramentos e interjecciones, como el nuestro. Según parece, sólo los napolitanos pueden hacernos alguna concurrencia”.
De esta forma, apremiados, por ejemplo, por la necesidad de exponer lo que queremos decir en un máximo de 140 caracteres, como nos exige ese medio de comunicación hoy tan prevalente que es Twitter, no hay más que ver cómo los españoles entendemos que ir al grano, a la sustancia de eso que queremos decir, equivale demasiado a menudo a conjuntar improperios. Cuando Toni Cantó, diputado de UPyD, expuso hace unos días su valoración sobre los perjuicios a los que, según él, está adscrita nuestra Ley Integral sobre la Violencia de Género, muchos de aquellos que se dedican a conjuntar interjecciones e improperios en vez de atender a la realidad que –con no demasiado acierto en las estadísticas en las que se apoyó– Cantó señalaba, aprovecharon para cebarse en él de una manera inmisericorde, propuesta de empalamiento incluida, así como de ilegalización de UPyD, estas dos procedentes del ámbito de Izquierda Unida.
De esto venía a hablar Toni Cantó. No de dar pábulo a los terribles comportamientos de violencia intrafamiliar, que, efectivamente, exigen la puesta en práctica de toda la capacidad punitiva del estado, sino de las tremendas consecuencias que puede tener una ley como la que hoy está vigente (y que ningún otro país imita), y que no sólo no ha conseguido disminuir la llamada violencia de género, sino que, en esos casos a los que aquí se alude, por el contrario, lleva a aumentar el nivel de conflictividad y resentimiento, e incluso puede en algún caso servir de acicate a la violencia. Y puesto que contamos con un diputado valiente, además de brillante, capaz de traer a la luz de la discusión pública un problema de esta envergadura, quienes, transcendiendo de ese nivel intelectual y político en el que los improperios y los gestos histéricos sustituyen a los razonamientos, somos capaces de escuchar y entender, estamos obligados, en mi personal opinión, a arroparle y defenderle.
Javier Martínez Gracia, del Consejo Local de UPyD-Burgos
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¿SON TOLERABLES LAS DECLARACIONES DE UPyD CONTRA LA IGUALDAD?
(CONTESTACIÓN AL ARTÍCULO ANTERIOR POR PARTE DE LUIS TUDANCA, SECRETARIO GENERAL DEL PSOE Y DIPUTADO POR BURGOS, EN LA MISMA SECCIÓN DE EL CORREO DE BURGOS, EL 7 DE MARZO DE 2013)
Este viernes, 8 de marzo, conmemoramos el día internacional de la mujer. Y, más que celebrar este día sigue habiendo mucho que reivindicar en un país en el que las mujeres ganan un 22,5% menos que los hombres; en el que la tasa de desempleo femenino es superior al masculino; en el que se aprueba una reforma laboral con recortes en los derechos de maternidad y lactancia; en el que se impone un aumento de las tasas judiciales en los casos de violencia de género; y que ha sufrido la muerte de 49 mujeres a manos de sus parejas en el 2012.
Y esta lucha es de todos. Esta lucha ha sido durante demasiados años sólo de un movimiento feminista que ha logrado despertar conciencias, abrirnos los ojos y visibilizar aquello que sucedía pero que era invisible. Pero ya no. La responsabilidad es de todos, de la ciudadanía y de las instituciones; de las mujeres y de los hombres. Pero somos los hombres quienes más camino tenemos que recorrer porque muchos avances están en nuestras manos y porque debemos acabar con comportamientos, hechos y palabras que justifiquen y amparen el machismo.
Por eso no se pueden consentir declaraciones como las del diputado por UPyD, Toni Cantó, poniendo en duda el sistema de protección a las víctimas por violencia de género. No se puede mentir de forma irresponsable sobre el número de denuncias falsas cuando éstas no alcanzan, según los datos de la Fiscalía General del Estado, el 0,009 % del total, porque eso es alentar el machismo. Y, desde luego, no se pueden hacer esas declaraciones siendo el portavoz de Igualdad de su grupo porque es una provocación y un insulto a quienes sufren las gravísimas desigualdades de género que aún persisten en nuestro país.
Pero lo peor es que cuando Toni Cantó había demostrado un síntoma de inteligencia, callándose y pidiendo perdón, pese a que llegue tarde y se haga con la boca pequeña, salen algunos compañeros de su partido a defenderle, como, por ejemplo, el Consejo Local de UPyD de Burgos en un reciente artículo. Y ahondan en el discurso machista hablando de la inmensa cantidad de denuncias falsas, de que la protección a las víctimas de violencia de género rompe el principio de igualdad ante la ley de los hombres, o de las injusticias y vejaciones que tienen que sufrir en los procesos de separación y divorcio que les encamina al suicidio en masa.
Y lo que me preocupa es pensar que, año tras año, sigue habiendo mucho contra lo que luchar en el día internacional de la mujer, que hay muchos hombres que siguen viendo en el feminismo un enemigo, que no entienden que en las situaciones de desigualdad siempre hay una víctima y que, en este caso son las mujeres. Y que una denuncia falsa es un problema que resuelven los jueces, pero que cientos de miles de denuncias auténticas por maltrato son un problema social y trágico que debe ser una prioridad para todos y todas. Incluidos los miembros de UPyD.
(YA HE MANDADO MI RÉPLICA AL PERIÓDICO, QUE COLGARÉ EN ESTE BLOG CUANDO SEA PUBLICADA)