Con la llegada de Ubuntu 13.10 y Ubuntu Phone oficialmente este último mes, que aterrizaron en nuestros computadores de escritorio y en nuestras terminales móviles, sobre todo para quienes con un Nexus 4 o un Galaxy Nexus en el bolsillo no se aguantaron, se abre así un nuevo capítulo en la historia de Linux, del Software Libre y de Canonical, la empresa detrás de Ubuntu Phone.
Entre los antecedentes más cercanos que tenemos del nuevo sistema operativo para dispositivos móviles de Ubuntu, tenemos la ambiciosa campaña llevada a cabo por Canonical hacia mediados de este año, en la que infortunadamente no se recaudaron los $32 millones de dólares necesarios para ensamblar el Ubuntu Edge, un celular a la altura de lo que seguramente vamos a ver de Samsung, Apple y Nokia el próximo año. La diferencia es que esta vez sabíamos casi con 1 año de antelación todos los detalles sobre este nuevo teléfono, cuando por lo general los grandes fabricantes guardan con mucho recelo todos los detalles sobre sus próximos lanzamientos, y solo van filtrando poco a poco las especificaciones técnicas.
Ubuntu Edge: una gigantesca campaña de marketing y relaciones públicas
Los que le hicieron seguimiento a la campaña de IndieGoGo en los 30 días que duró, seguramente incluso cuando faltaban varios días para su cierre ya estaban pensando en que iba a ser imposible recaudar los fondos necesarios para cerrar la campaña exitosamente. Incluso con la compra de $80 mil dólares por parte de Bloomberg seguía faltando dinero, y la fecha límite cada vez estaba más cerca.
Sin embargo, a pesar de que muchos puedan haber llegado a catalogar como fracaso la propuesta de Canonical, lo cierto es que ningún fabricante de telefonía móvil ha conseguido que durante todo 1 mes los medios especializados vuelquen su atención hacia un solo tema. Hace pocas semanas Android presentó KitKat, la versión 4.4 de su sistema operativo, tema que estuvo en boca de muchos, aunque solo por unos pocos días. Lo que nos indicaría que más que ir por $32 millones de dólares, Mark Shuttleworth iba por por una ambiciosa campaña de marketing y relaciones públicas para poner a hablar a todo el mundo sobre un producto que ni siquiera sabíamos si iba a existir.
Lo importante de esto, desde mi punto de vista, es que la gente conociera Ubuntu Phone, independientemente de si iba a ser lanzado o no como Ubuntu Edge. Ya habíamos conocido el sistema operativo para móviles entrando este año, pero había que recordarle a la opinión pública que no todo es Android, iOS o Windows Phone, más cuando faltaban solo unos meses para su llegada, junto a la versión para escritorio de Ubuntu 13.10 en su noveno aniversario.
Ubuntu Phone: ¿una amenaza para Android?
Ya con los 2 sistemas operativos de Ubuntu sobre la mesa, vale la pena preguntarnos hasta qué punto su versión móvil puede llegar a ser una amenaza para otros ecosistemas: qué tal Android. A pesar de haber llegado en 2007 incluso después de Symbian, iOS, BlackBerry y Windows, el sistema operativo de Google para móviles domina el mercado con más de 1.000.000 de activaciones hasta el día de hoy y en términos de popularidad es quizás lo más lejos que ha podido llegar Linux en un mercado masivo. Esto ha sido posible gracias a 10 años de desarrollo, 5 años desde que el primer HTC con Android fue puesto a la venta, y a la gran inyección económica que desde Mountain View hicieron por Android Inc. cuando fue adquirida en 2005.
Y si contra esto tienen que competir Apple, Microsoft y BlackBerry que son sus más inmediatos competidores, ¿qué tan equilibrada estará la competencia para Canonical? Lamento decirlo, pero a unos meses de terminar este 2013 no es muy alentador el panorama, y auguro que sería así por lo menos en los 2 próximos años para Ubuntu Phone. Veamos por qué.
Los teléfonos con Ubuntu aún no están a la venta
Claramente uno de los primeros pasos para lograr masificar un sistema operativo, ya sea móvil o de escritorio, pasa por la facilidad con la que se pueda llegar a conseguir en el mercado. Equipos con Windows o MAC se consiguen en cualquier cadena de almacenes con una sección de tecnología, al menos en mi país. Si en cambio quiero un equipo con Ubuntu o un Chromebook, tengo que ir a un sitio más especializado, y de estos hay muy pocos (y eso que vivo en una ciudad capital). Puedo apostar lo que sea a que esta es la realidad de muchos países emergentes y de Latinoamérica: a menos que estemos en China, uno no entra a una tienda preguntando por un equipo con Ubuntu.
Ahora apliquemos esta misma lógica al mercado de telefonía móvil, donde conseguir un equipo con uno de los 4 grandes sistemas operativos que mencionábamos más arriba es relativamente fácil. Pero si queremos tener un teléfono con Firefox, un Jolla, próximo a ser lanzado en Finlandia, o quizás un viejo Nokia N9 con Symbian, nos tendremos que armar de ingenio para conseguirlo. Claro, esto dependerá del mercado en el que nos encontremos, pero el punto es que si conseguir estas referencias muchas veces no es fácil, lo va a ser más aún cuando estamos hablando de un teléfono que todavía no se ha materializado ni que está a la venta.
Solo 2 referencias son compatibles con Ubuntu Phone
Nexus 4 y Galaxy Nexus, 2 teléfonos que nunca llegaron a mi país. Los que hoy tienen uno lo trajeron por encargo desde Estados Unidos, o lo consiguieron por Internet o en algunos de los centros especializados que les mencionaba más arriba. ¿El precio? No menos de $280 dólares sin contrato. No me suena mucho la idea de comprar 1 de los 2 de los teléfonos que mejor pueden correr Android y sacarle lo mejor que tienen, su sistema operativo, para cambiárselo por uno que aún en su primera versión estable no tiene mucho que ofrecer, algo que ya más adelante vamos a ver.
Si en cambio aparte de estas 2 referencias tuviéramos unas cuantas más, como algunas versiones antiguas del Samsung Galaxy, de LG Optimus, de Sony Xperia o de HTC, modelos que más de uno tendrá guardado en su cajón tras haber comprado uno nuevo, y esperando a hacer algo con ellos, seguramente habría más gente probando Ubuntu Phone en sus terminales. 2 referencias, a diferencia de escritorio donde tenemos mil alternativas, no son suficientes por ahora para que Ubuntu se levante como una potencial amenaza para Android.
Aún no hay aplicaciones
Dicen que el éxito de un sistema operativo para móviles depende en gran parte del número de aplicaciones disponibles para descarga, una afirmación que no es del todo cierta. Déjenme explicar por qué. Y es que si bien Android y iOS tiene cada uno más de 800.000 aplicaciones disponibles, las casi 120.000 de BlackBerry 10 podrían resultar envidiables si tenemos en cuenta que es un sistema operativo con menos de 6 meses en el mercado. El problema es que de esas 120.000, 47.000 son de un solo desarrollador y podrían ser consideradas como basura: muchas son del tipo guías de ciudad, audiolibros y de frases motivacionales.
A lo que voy con esto es a que no es el número de aplicaciones lo que nos debería preocupar de Ubuntu Phone: es la calidad de las pocas que pueda llegar a haber en un futuro cercano. Una cosa es, por ejemplo, que hagan una aplicación web en HTML5 de Facebook, y otra cosa es que Facebook dedique recursos económicos y humanos para desarrollar una aplicación para Ubuntu, así como ya existe en los grandes sistemas operativos móviles. Pero además de esto es que los grandes desarrolladores, esos que hoy están en el Top-100 de las aplicaciones pagas y gratuitas de la Play Store de Google, la AppStore de Apple o el Windows Market le pongan atención a este nuevo sistema operativo que acaba de llegar.
Yo en mi caso creo que solo dejaría Android el día que otro sistema operativo me ofrezca algunas de mis aplicaciones favoritas: Netflix, Falcon Pro, Action Launcher, WhatsApp y Pandora, solo por mencionar algunas.
Algo le falta al ecosistema: que salga al mercado
Un punto que podría llegar a jugar a favor de Ubuntu en algún momento, a pesar de lo que ya hemos dicho, es su integración como ecosistema. Hasta ahora solo Apple tiene presencia en televisores, teléfonos, tabletas y equipos de escritorio, aún cuando iOS y OS X son dos sistemas operativos diferentes. Google, en cambio, no lo ha logrado con Android ya que por alguna razón tenían hasta hace poco un sistema operativo para televisores (Google TV), otro para computadores (ChromeOS) y el de móviles (Android).
Lo que tiene Ubuntu, en cambio, es un proyecto muy ambicioso de estar presente no solo en equipos de escritorio, donde todo funciona muy bien, sino que también haya tabletas, celulares y televisores, y todo bajo un mismo sistema operativo. Incluso en su momento se habló de integrar Android con Ubuntu. Además sería un solo sistema operativo, no 2 ni 3 como pasa con Apple y Google, respectivamente. ¡Excelente!
¿El problema? Canonical se ha quedado en anuncios; el usuario común no tiene acceso a Ubuntu TV, a Ubuntu para tabletas o a Ubuntu for Android; y no creo que haya planes de revelarnos el lanzamiento de todos estos productos un día de estos. Mientras tanto, Ubuntu Phone tendrá que limitarse a su integración con su versión de escritorio.
Ubuntu tiene pocos usuarios
Con todo y siendo Ubuntu la distribución de Linux más popular del mercado, lo cierto es que su versión de escritorio apenas llega a os 22 millones de usuarios. Esto, que puede ser una victoria para el Software Libre, es al mismo tiempo una amenaza en contra de Ubuntu Phone: ¿de esos 22 millones de usuarios cuántos estarían dispuestos a abandonar Android? Debe haber incluso una minoría usando iPhone, Nokia Lumia o BlackBerry. Pero el punto es: ¿por qué razón justo en este momento habrían de dejar de utilizar un sistema operativo con el que les ha ido bien? Podría pasar. Algunos estarán dispuestos a cargar con 2 celulares en el bolsillo. No lo dudo. El problema es que esa cifra no va a ser ni el 100, ni el 50 ni el 20% del total de usuarios que tiene Ubuntu. Va a ser el 5% y estoy exagerando (dirán que soy muy optimista), aunque es solo una cifra que se me ocurrió.
La pregunta es si cerca 1 millón de usuarios utilizando Ubuntu Phone puede llegar a ser una amenaza para Android, que superó hace poco las 1.000 millones de activaciones. Claramente no, y con esto respondemos la pregunta con la que empezamos este artículo. Sin embargo, esta visión, como decíamos más arriba, es de aquí a los próximos 2 años. Lo positivo de todo esto es que seguramente desde Canonical y Ubuntu, Mark Shuttleworth y todo su equipo estén al tanto de estos 5 puntos que acabamos de mencionar y tengan un plan hacia mediano y largo plazo. Eso no lo dudemos: Ubuntu está para cosas grandes, y lo que hemos visto con Ubuntu Phone en su cumpleaños número 10 no es nada.
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