Hoy he llegado a una conclusión sobre la que nadie me va a hacer pensar nunca jamás lo contrario: nos quieren matar.
Sí, lentamente. Cruelmente. Sin dejarnos opción a defendernos porque somos todos unos masoquitas.
¿No me creéis? Pues tenéis que ver esto:
Ahora me dais la razón, ¿verdad?
Mientras nos vamos a llorar a un rincón, nos leemos ^^
Ana