... que cuando más ocupado estás, mejores ideas se te ocurren.
Lo tengo comprobado y más que comprobado. En época de exámenes y entrega de trabajos (estas fechas, por cierto ^^), que es cuando más ocupada estoy, cuando más cosas tengo que hacer y cuando mi cabeza tiene más cosas en mente... es cuando se me ocurren las mejores ideas para escribir. Puede que sea la solución a un pequeño atasco en una historia que estoy escribiendo o puede que sea una idea totalmente nueva para una historia que aún no he escrito.
La explicación exacta de por qué sucede esto no la sé, pero en vista de que cada año por estas fechas (y a eso de mayo o junio) me pasa, y lo que es más, en vista de que durante las vacaciones (sobre todo las de verano) es cuando menos escribo, decidí adoptar una serie de medidas para ese momento en el que la mente decide ir por libre y tú piensas: ESTUDIAR, ESTUDIAR y ESTUDIAR. Y ella dice: Ay, mira lo que se me acaba de ocurrir... ¡Tienes que escribirlo!
Aquí van algunas de las cosas que hago para solventar esa ansiedad de: tengounaideagenialparaescribir pero mañanatengounexamenqueeslamuerte.
1. Apunto todo lo que se me ocurra: puede ser un idea, o pueden ser cientos. Un pequeño diálogo o un nuevo personaje. Algo que tiene que ver con una historia que estoy escribiendo o con algo que no he escrito todavía. Da igual, para algo hemos aprendido a usar las libretas: apuntar lo que se nos ocurre en estas épocas en las que tenemos la cabeza a tantas cosas, es la mejor solución para no olvidarlas ya que, otro hecho constatado es:
Igual de pronto que llegan las ideas a tu cabeza, ésta las archiva (quien dice archivar, dice esconder por ahí, en un rincón 'vaya usted a saber dónde la puso') y sigue concentrada en los exámenes, los trabajos, los cursillos o lo que sea que tenga tu mente ocupada en ese momento. Así que a apuntar, por chorrada que nos parezca, que luego nos arrepentiremos.
2. Reprimir las ganas de escribir: que quiere decir que tenemos que aguantar las ganas de escribir por muy tentados que nos sintamos y por muy genial que nos haya parecido tal o cual pensamiento, porque tenemos que establecer prioridades: lo primero es lo primero, ya sean estudios, trabajo, una mudanza, un curso de inglés o de flauta travesera, escribir de momento no nos da de comer todavía y no tenemos a ningún editor (exterior, porque interior ya hemos visto que sí) al que rendirle cuentas. Además, también está comprobado que:
Escribir con un nivel de estrés considerable puede ayudar a relajarnos y a evadir nuestra mente, sí, pero también puede pasar lo contrario: que lo que escribas sea una basurilla y que hayas perdido el tiempo que tendrías que haber dedicado a otras responsbilidades.
3. Reprimir no significa olvidar: en los momentos de esparcimiento tales como un viaje en transporte público, la ducha o los momentos antes de irnos a dormir (siempre que no sen días inmediatamente previos a un examen, por ejemplo, que en ese caso, tendremos que estar a eso), emplearemos un corto espacio de nuestro tiempo a pensar en lo que escribiremos cuando tengamos tiempo de hacerlo. Así lo pillaremos con muchas más ganas y quién sabe, quizá nuestra mente nos regale una nueva idea en el momento más inoportuno.
¿Y a ti? ¿Te pasa que cuando más concentrado tienes que estar en algo más te cuesta dejar de pensar en las ganas que tienes de escribir? ¿Se te ha ocurrido una idea durante el estudio, en el trabajo o en otra situación que requiriera toda tu atención?