Por Piero Gheddo
ROMA, martes 9 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- La globalización de la
humanidad ha suscitado un interrogante importante, al que aún no se ha dado
una respuesta aceptada por la cultura corriente: ¿Cómo es que el "mundo
moderno" ha nacido en Occidente y se está difundiendo en todo el mundo? ¿Y
por qué es aceptado por todos los pueblos y preferido a su modos
tradicionales de vida?
O, en otras palabras: ¿Por qué desde la caída del Imperio Romano Occidente
ha conocido una evolución que le ha llevado el primero a aquellas
características del "mundo moderno", en las que todos los pueblos querrían
vivir?
Características sintetizables en pocos conceptos: libertad, democracia,
progreso científico-técnico y económico-social, derechos del hombre y de la
mujer, estabilidad y seguridad en cada país, educación y asistencia
sanitaria para todos, justicia basada en las leyes y no en el arbitrio de
los más fuertes, justicia social entre ricos y pobres, paz entre los
pueblos y las naciones.
He aquí el libro traducido al italiano que da una respuesta articulada y
documentada: Rodney Stark, La vittoria della ragione. Come il cristianesimo
ha prodotto libertà, progresso e ricchezza (La victoria de la razón. Cómo
el cristianismo ha producido libertad, progreso y riqueza), Editorial
Lindau, Turín 2008.
El sociólogo estadounidense de las religiones Rodney Stark ha examinado
las muchas respuestas que se dan al interrogante: la posición geográfica y
el clima de Europa, el descubrimiento de otras tierras y continentes, la
colonización, la evolución histórica y cultural favorable al progreso, el
pensamiento grecorromano y muchas otras.
Y juzga que todavía estas respuestas no explican por qué Occidente ha
progresado y las otras partes del mundo han permanecido durante milenios
bloqueadas en su desarrollo. Baste pensar en las grandes civilizaciones de
China, India, Japón, Vietnam, Corea, países árabes e islámicos, América
precolombina, donde no hubo ni siquiera el inicio de aquellos procesos
históricos que llevaron a Occidente a la supremacía.
Rodney afirma con claridad: "Ha sido el cristianismo el que ha creado la
civilización occidental. El mundo moderno ha llegado sólo a las sociedades
cristianas. No al mundo islámico, no a Asia. No a una sociedad 'laica',
porque han existido. Todos los procesos de modernización hasta ahora
introducidos fuera del cristianismo han sido importados de Occidente, a
menudo a través de colonizadores y misioneros".
Este hecho histórico, que no se puede desmentir, es documentado en un modo
no religioso sino laico. Han sido el Evangelio, el pensamiento de los
Padres de la Iglesia y la Teología cristiana el verdadero origen del
progreso de Occidente y del mundo entero.
Mientras que las grandes religiones pusieron el acento en el misterio, en
la meditación, en la astrología y la fuga de la realidad, el cristianismo
nació de la Revelación de Dios y a través de la Biblia y Cristo ha afirmado
el valor absoluto de cada persona humana "creada a imagen de Dios",
adoptando la lógica y el pensamiento deductivo y abriendo el camino a las
ciencias y al progreso moderno.
Un segundo volumen reciente parece casi la continuación del anterior:
Thomas E. Woods, Come la Chiesa cattolica ha costruito la civiltà
occidentale (Cómo la Iglesia Católica ha construido la civilización
occidental), Editorial Cantagalli, Siena 2007.
Thomas E. Woods, también profesor universitario estadounidense, responde
al mismo interrogante que se hace el autor anterior: ¿Cómo es que el "mundo
moderno" ha nacido en Occidente y se está difundiendo en todo el mundo?
¿Por qué es aceptado por todos los pueblos y preferido a sus modos
tradicionales de vida?
Demuestra, de modo muy concreto, digamos histórico, cómo las diversas
"novedades" que han hecho grande a Occidente, se deben no sólo a la Palabra
de Dios a Jesucristo, sino a la Iglesia Católica que en el curso de los
siglos ha sostenido aquellos principios y modelos evangélicos, a veces aún
con la infidelidad de papas, obispos, sacerdotes y creyentes en Cristo. La
Iglesia es una institución inspirada por Dios pero hecha por hombres. El
volumen recorre en varios capítulos la historia de Occidente, desde la
caída del Imperio Romano a las invasiones de los pueblos "bárbaros" hasta
nuestros días.
Tras el Imperio Romano, en siglos de desbandada de los pueblos
occidentales, los monjes salvaron la civilización (capítulo I), luego la
Iglesia fundó las universidades, la vida académica y la filosofía
escolástica (capítulo II), luego las ciencias modernas y el arte moderno,
el derecho internacional, la economía y el capitalismo; las obras de
asistencia para los pobres y "cómo la caridad católica ha cambiado al
mundo".
Los últimos capítulos "La Iglesia y el derecho occidental", "La Iglesia y
la moralidad occidental", demuestran, repito, con hechos históricos, cómo
la Iglesia Católica está en el origen, por ejemplo, de la separación entre
Iglesia y Estado (no así las Iglesias ortodoxas y protestantes), de la
abolición de la esclavitud, de la condena de los "duelos de honor", de la
promoción de los "derechos humanos" y así sucesivamente.
Por último, Thomas E. Woods examina cómo vive "un mundo sin Dios", cómo es
hoy el Occidente que se ha separado del Evangelio y del modelo de Cristo, a
veces ha incluso perseguido y marginado a la Iglesia Católica,
presentándola como enemiga del progreso. Hoy, incluso la Unión Europea no
reconoce las "raíces cristianas" de nuestra civilización. Una mentira y
absurdo histórico.
Formidables las últimas páginas del libro, donde el autor parte de la
afirmación de Nietzsche: "El rechazo de la idea de que el mundo ha sido
creado por Dios con un fin hace al hombre más libre de dar a la vida el
significado que quiere darle. La vida así no tiene ningún otro
significado".
E. Woods explica, con el triunfo de esta idea en el mundo secularizado y
prácticamente ateo de hoy, la degeneración y la inhumanidad del arte, de la
arquitectura y de muchas otras expresiones del hombre, hasta el nihilismo
de Jean-Paul Sartre (el universo es absolutamente absurdo y la vida misma
completamente privada de significado), que expresa bien la cultura
triunfante del Occidente moderno, cada vez más árido, viejo y pesimista. Es
decir, así como es, Occidente no tiene futuro.
Antes de pensar o decir que todo esto es "triunfalismo", hay que leer
primero el libro y rebatir las pruebas históricas que aporta. No con
razonamientos, lugares comunes o charlatanería, sino con otra pruebas
históricas que respondan al interrogante presentado por los dos volúmenes.
Traducido del italiano por Nieves San Martín
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El padre Piero Gheddo (www.gheddopiero.it), ex director de Mondo e
Missione y de Italia Missionaria, es el fundador de AsiaNews. Como
misionero ha viajado a las misiones de todos los continentes. Desde 1994,
es director de la Oficina histórica del Pontificio Instituto de Misiones
Extranjeras (PIME) de Italia y postulador de varias causas de canonización.
Es profesor del Seminario pre-teológico del PIME en Roma. Es autor de más
de 70 libros.