AVISO. Lo que van a leer a continuación es un artículo de opinión, por tanto, no esperen encontrar citas bibliográficas al final del mismo, ni acuerdo con las ideas que puedan tener. Mi objetivo es mostrar mi punto de vista, que evidentemente, para mí es el mejor que hay.
La Seguridad Social está rodeada de un halo de dogmas aprendidos, ideas preconcebidas y opiniones (basadas en la experiencia, sin duda) que viven del boca a boca. ¿Quién no ha oído hablar de las largas listas de espera, de médicos con el ego más grande que todo el gasto sanitario español o de la polimedicación de la población? Como toda leyenda que se precie, estas premisas tienen un trasfondo cierto, sin embargo, (ya se pueden imaginar cuál es el tema del texto), hoy vengo a defender la bata blanca.
Vengo a hablar de la polimedicación, concretamente de la pastilla del colesterol, esa que acaba en statina, esa que es normal tomar a los 60 años (no, pero ese es otro tema).
La doble cara de la moneda es que todos sabemos en qué consiste un estilo de vida saludable. Estamos hartos de que nos digan que tenemos que hacer ejercicio, que tenemos que reducir los ultraprocesados y que, probablemente, el alcohol y el tabaco nos van a llevar a la tumba. Sin embargo, ¿hacemos algo al respecto? No. Netflix ha reinventado un nuevo sedentarismo, y Coca-Cola nos vende Diabetes Tipo II embotellada, eso sí, llena de felicidad y buenas intenciones.
Cuando un médico nos hace estas recomendaciones asentimos condescendientemente y maldecimos haber esperado 40 minutos para que nos digan “lo mismo de siempre”. Pero lo que nos recetan es una pastilla, eso ya es otro asunto. Palabras mayores. Es serio, implica un gasto económico. Y es que en la batalla de la prevención, la estatina es la apuesta segura.
La próxima vez que se quejen de que todos los médicos son unos esbirros de la Industria Farmacéutica, piensen si están haciendo algo para mejorar su salud, porque la pastilla mágica existe, y se llama estilo de vida saludable.