Esas tablas verdes son una ruína

Publicado el 25 septiembre 2014 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

Recordarán ustedes que hace unas semanas el Área de Historia del Sevilla FC fue invitada al programa “La Jugada Sevilla”, de Canal Sur Radio, para hablar de los orígenes sevillistas en 1890. No gustó demasiado el trato dado por el presentador, que no paró de hacer referencia a un blog frente a estas tesis fundacionales, cuando en realidad el Área de Historia como tal tan solo se relaciona con los departamentos de Historia y los historiadores de otros clubes, y no con personajes anónimos que escriben auténticas barbaridades. Los invitados sevillistas solo fueron a hablar de su club, que es lo que les llevaba allí, y para nada hablaron del otro club de la ciudad.

Días más tarde, los integrantes de dicho blog de verde fueron invitados y, ¿se imaginan?, hablaron del Sevilla FC como es natural en ellos y en esas circunstancias, con un presentador que buscaba eso precisamente, la polémica. Los invitados respondían al nombre de Juan Antonio Zancarrón y José Antonio Maldonado.

No quisimos en su momento entrar en los contenidos de la entrevista, decidimos esperar un poco y la ocasión lo merecía. Hoy analizaremos las cosas que sentenciaron sin dudas, que como podrán comprobar no tiene desperdicio alguno, todo centrado en los orígenes, de los suyos y, faltaría más, de los del Sevilla FC.

La primera cuestión es, ¿cuándo nació el Real Betis Balompié?

Tomás Furest tragando saliva y pensando, madre mía, la que van a liar estos personajes.

Y sin que sirva de precedente, les daremos toda la razón: no existe ni un solo documento que avale el nacimiento del Betis en 1907 y nos dan una fecha categóricamente, esta es 1908. Zancarrón es contundente y no tiene la menor duda, lo dice sin vacilar y sin titubeo que valga.

Pero prosigue la entrevista.

Efectivamente nos dice que aparece un recorte en un periódico de Madrid, que es este:

Estas son personas que gustan de exigir al rival un rigor fuera de serie. Todo en el Sevilla FC debe estar datado, fechado, compulsado y ante notario, si no, no vale lo que se presente. Sin embargo ese rigor cambia de intensidad si son ellos los que mantienen una tesis, y sus papeles tienen más valor por el hecho de ser los suyos, como es natural y todo el mundo sabe, permítannos la ironía.

En ese suelto periodístico no se dice a quién se refieren, tan solo habla de una sociedad constituida en base una palabra en español para definir el vocablo inglés “football” que no existía antes.

Suponemos que son ellos porque cinco meses después aparecen fundándose con el apellido Balompié. Nosotros no les llevaremos la contraria y creemos que son ellos hasta que se demuestre lo contrario. Es lo que debe ser, no encontrarán en nosotros una oposición a este asunto.

Pero la cosa comienza a liarse.

“Es imposible”, nos dice, “el Sevilla Balompié cambia de denominación”, apostilla.

Zancarrón ha borrado de golpe de su vocabulario la palabra “fusión”, incluso la figura casi inexistente de la “absorción”, simplemente nos dice que el Betis cambia de nombre en 1914. Y ante esto nos preguntamos, ¿a quién narices entonces le concedieron la corona Real, y qué centenario van a celebrar estos meses? ¿El de un cambio de denominación?

La corona no se la conceden al Sevilla Balompié, sino al Real Betis Football Club, eso sí, contamos esto desde su perspectiva.

El centenario que van a celebrar es el de la “coronación” del Real Betis Football Club, equipo fusionado casi inmediatamente con el Sevilla Balompié, aunque en esto de las fusiones no es raro ver a otras sociedades, como por ejemplo el Real Zaragoza, que con todos sus papeles en regla al estilo de como el Betis los tiene, celebran su cumpleaños el año de la fusión y no de la del equipo más antiguo.

Por lo tanto, Zancarrón, no es tan imposible, perfectamente podríais celebrar vuestro nacimiento ahora y las distancias no serían de 19 años, sino de 24.

Pero atentos porque siguen los líos y vienen curvas.

Veamos entonces la teoría.

El Betis nace en 1908, pero se legaliza en febrero de 1909 que es lo que cuenta verdaderamente para ellos. El Sevilla exactamente igual, en 1908, pero se legaliza un mes después, es decir, marzo de 1909. Luego el Betis es más antiguo que el Sevilla, esa es la conclusión a la que llegan.

Pero si el Betis es más antiguo por un mes de diferencia, como dice, ya no es de 1908 como decía al principio de la entrevista contundentemente, sino de 1909 ¿no? ¿o quizás sí?… esperen, nos hemos perdido.

Zancky se hace un lío y nos lo hace a nosotros. Ahora no sabemos cuándo hemos nacido. Lo confesamos, estamos perdidos. Hacía como dos minutos contaba lo contrario.

Furest, escondiendo la cabeza bajo la mesa y diciendo, tierra, trágame y bien profundamente.

Pero vayamos con la traca final.

¿¿¿¡¡¡¡¡¡1905!!!!!!!??????

¿¿¿¿Tanto lío para terminar diciendo que somos de 1905…????, ¿¿¿¿¿….ya que nuestros ancestros así lo dijeron y que existen multitud de pruebas que así lo atestiguan????? Pa morirse.

Somos de 1905, pero ellos son más antiguos por inscribirse en 1909, aunque, eso sí, son de 1908, porque así lo afirmaron sin dudarlo.

Madre mía.

Y después quieren que les hagamos caso.

Ya te lo dijimos, Alfonso del Castillo, si tenías algo de nivel, poco en realidad, con estos ha descendido a los infiernos, es lo que tienen las juntiñas. Y lo que te queda.

Por favor, un poco de seriedad.

Tomás Furest no estaba en la entrevista hacía rato ya.

Missing.

El presentador de Canal Sur Radio, que tuvo que cortar la entrevista precipitadamente ante la ingente cantidad de improperios e insultos a la inteligencia humana en tiempo récord, perdió la cabeza. Todavía está ingresado, no termina de recuperarse.

El caso es que nuestros ancestros, independientemente de que en los años 20 adoptaran la fecha de la primera inscripción en el Registro, nunca dijeron que nacimos en 1905, ni tan siquiera José Luis Gallegos y su entorno. Las noticias de la época hablaban de un Sevilla FC anterior en el tiempo. El mismo Gallegos fue jugador sevillista, y a partir de 1905 no aparece en alineación alguna, lo que quiere decir que jugó anteriormente y bastante.

El propio Tomás Furest sabe de qué se trata y cómo va todo, de hecho escribió la historia del Sevilla FC con datos que investigó, aunque todavía faltaban los más importantes, como el acta de constitución encontrado en Escocia.

Tomás Furest decía esto en 1981, aunque no pudo conectarlo totalmente -por falta de medios probablemente- con el Sevilla FC actual:

Esto que nos contó Furest hace ya 33 años se supo desde siempre, encontramos abundantes referencias a lo largo de la historia, no es un as que alguien se saca de la manga de pronto. Con el tiempo supimos el nombre de ese árbitro, del presidente, que fue el mismo, el secretario, el capitán, el que marcó el primer gol de la historia del fútbol español, y la continuidad, no hasta 1905, sino hasta nuestros días.

Esta teoría escrita de 1909 de estos personajes, que resulta que es 1908 o lo que ellos quieran, es enviada mediante mail privado a todas aquellas personas que “osan” hablar públicamente del Sevilla FC en 1890 apoyándolo, usando lo que en el argot popular se llama “guerra sucia”. Es el estilo que tiene nombre desde hace más de 100 años junto al cobarde de Huelva que está siempre escondido. Si no son estos los que los envían, serán sus primos hermanos, pero podemos asegurarles que muy lejos no andan. Lo que ocurre que todas estas personas pueden leer este post  para darse cuenta de qué va el asunto y de qué pie cojean.

Y tras todo esto que acaban de escuchar y leer, frotándose los ojos y zumbándoles los oídos probablemente, pongamos algo de cordura y consultemos a los expertos en la materia para que nos dejen claro qué significa eso del “libro de registro”, y el verdadero valor que tiene, que es prácticamente nulo.

Solo un especialista en Derecho Mercantil como el profesor García-Quilez puede arrojar luz a este asunto, deseando que quede definitivamente cerrada la imbecilidad registral a la que se refieren, a su insignificancia, y a lo que ellos en su corto entender creen que es lo “legal”. Que presenten a un personaje del mismo calado para rebatirlo o que callen para siempre.