Escala Madrid

Por Rodrigoespino @donde_viajo
No sé si será por los familiares que siempre algún argentino tiene en España, o porque la gran mayoría de los vuelos que salen desde Buenos Aires hacia Europa o sus alrededores hacen escala en Madrid, pero esta ciudad siempre me pareció cercana.

"Madrid siempre me pareció cercana"


Para que vean lo que les digo, si uno quisiera volar desde Buenos Aires a El Cairo o a Marrakech en Marruecos, uno debería viajar con Iberia haciendo escala en Madrid. O sin ir más lejos, la línea aérea LAN viaja a Barcelona desde Buenos Aires, también con escala en Madrid.


En mi caso, ya en otras oportunidades había pasado por el aeropuerto de Barajas sin siquiera salir de él. Por eso, en mi último viaje a Jordania, decidí que me iba a quedar por lo menos una noche en Madrid cuando pasara por allí.
Fue en el viaje de regreso a Buenos Aires que cumplí con ello.

Fuente de Cibeles


Un solo día en Madrid no alcanza para poder decir que uno conoce la ciudad en profundidad, pero para una primera aproximación, alcanzó. De hecho, me fui felíz de haber recorrido finalmente esta ciudad.

Tenía un solo día, por lo que debía apresurarme para intentar conocer algunos rincones y hacer lo típico que se hace allí. Así es como arranqué muy temprano a la mañana desayunando churros con chocolate en Plaza Mayor. Los churros fueron excelentes, aunque para muchos de los que vivimos en Argentina (me incluyo en el pensamiento), un churro sin dulce de leche es un desperdicio.

Parques de camino al Palacio Real


Catedral de la Almudena


Palacio Real de Madrid


De Plaza Mayor salí caminando para el Palacio Real de Madrid, donde también pude ver la fachada de la Catedral de la Almudena. El Palacio Real es la residencia tradicional de la familia real española en la ciudad de Madrid y ostenta mucho lujo al verlo de afuera. Por lo temprano que era, todo estaba muy desolado y con poca gente, pero los parques y las calles de Madrid empezaban a sorprenderme.


¡Hasta encontré una calle con mi nombre!


Seguí el recorrido pasando por la plaza Puerta del Sol, lugar emblemático de la ciudad donde, desde 1950, está el kilómetro cero de toda la red de carreteras de España. También me dio el tiempo para tomarme una foto en la Puerta de Alcalá y recorrer la Gran Vía, una de las principales avenidas de la ciudad. Ya con mucha más gente, se notaba que estos lugares eran bien turísticos. Fotos por acá y por allá, vendedores, personas disfrazadas intentando ganarse unas monedas. No habían dudas de que todo turista visita estos lugares.

Fuente en Puerta del Sol


Puerta de Alcalá


Siendo futbolero como soy, no me podía ir de Madrid sin conocer el estadio de uno de los clubes más importantes del mundo. Es por eso que pasé rápidamente por el Santiago Bernabéu, estadio del Real Madrid. Increíbles las diferencias que hay entre un estadio europeo y uno argentino: el orden, el cuidado y la infraestructura son para envidiar. Aunque por más diferencias que existan, nada va a igualar al estadio de mi querido Vélez Sarsfield, al que siento como mi casa.

Frente al estadio Bernabéu


Interior del estadio


Tras visitar el Bernabéu volví para el centro de la ciudad y me decidí a visitar algún museo. Había pasado por la puerta del museo Thyssen-Bornemisza, donde había una muestra de Chagall; pero teniendo que elegir uno, decidí visitar el Museo del Prado, del que todos hablan. 
La verdad es que no me sobraba el tiempo para detenerme en todas las obras, pero lo disfrute mucho. Era el segundo museo que visitaba en Europa (tras haber conocido Museos Vaticanos en mi visita a Roma) y además, todo lo que había estudiado en Historia del Arte hace muy poco en la universidad, se me presentaba esta vez ante mis ojos.

Museo Thyssen-Bornemisza


Entrada al Museo del Prado


Luego del museo me encontré con un amigo argentino que vive en Madrid debido a que se encuentra estudiando allí. Me faltaba ir de tapas, por lo que me llevó a probarlas. Comimos poco ya que en un rato íbamos a cenar en otro restaurante, pero sirvió para que pudiera probar la experiencia de ir de tapas en un lugar donde es costumbre. Aceitunas, jamón crudo y unas cañas (cerveza) sirvieron de aperitivo para lo que íbamos a disfrutar más adelante.
 

Otro rincón de Madrid


A la hora de cenar les puedo recomendar un lugar, aunque con la consideración de que es necesario realizar reserva previa y el precio no es para bolsillos acotados. Sin embargo, quizás les puede parecer interesante hacer el gasto si les cuento que el restaurante es considerado el más antiguo del mundo según el libro Guiness de los Records. El lugar se llama Botín, se encuentra en la Calle Cuchilleros y fue fundado en 1725. Se especializa en cocina castellana y es muy interesante ver la historia y el estilo de construcción del lugar. El cochinillo que probé ahí no lo comí nunca en ningún lugar del mundo, exquisito.

Entrada del restaurante Botín


Lo que me faltaba para irme de Madrid era conocer la noche madrileña. Así qué fui con mi amigo a un bar en el centro de Madrid a charlar sobre nuestras vidas después de tantos años sin vernos. Y dado que el vuelo de regreso a Buenos Aires salía al día siguiente en la mañana, es que me fui a dormir tras apenas un rato en el lugar.

No hay dudas de que si quiero decir que conozco Madrid en profundidad, voy a tener que regresar. Un solo día debido a una pequeña escala, no es suficiente.