Revista Viajes

Escalada libre: Fortaleza mental y habilidad física

Por Deaventura

La escalada libre, requiere principalmente de una vasta experiencia en el campo, ya que el escalador sólo va a tener como único medio de ascenso: sus manos, sus pies y su cuerpo. Así es, cero sogas para avanzar verticalmente. Lo que sí es recomendable es el uso del casco y los pies de gato, calzado que por su mismo material de goma cocida, se adhiere fácilmente a la roca a menos que ésta se encuentre húmeda.   

La escalada libre, no recurre al equipamiento (clavos, tuercas, pernos de expansión) que suelen usar otros “géneros” de escalada. Tampoco utilizan las conocidas levas, que sirven básicamente para realizar los “anclajes”. Esto significa, que no hacen uso de los puntos seguros de la roca o hielo a escalar con una herramienta artificial.

Definitivamente, los escaladores libres,  hacen homenaje al nombre de este tipo de escalada, ya que al momento de realizar la progresión no utilizan ningún tipo de elemento que sea ajeno a su cuerpo para ascender.

Escalada libre y la cuerda de seguridad

Si bien es cierto, en este deporte extremo no se hace uso de una soga para avanzar ni otras herramientas propias de la escalada para la progresión. Por lo general, en este deporte de aventura, sí suelen utilizar una cuerda de seguridad para evitar las consecuencias de una caída mortal. Sin embargo, hay deportistas quienes deciden no usar el cordón de seguridad para esta disciplina.

Escalada libre sin la cuerda de seguridad

Este tipo de escalada libre es una de las más peligrosas, ya que ni siquiera llevan la cuerda de seguridad. Cualquier movimiento en falso que provoque una caída terminaría con la vida del escalador y su sueño de tocar la cima. Esto es sólo para aventureros, quienes por supuesto cuenten con toda la técnica necesaria, para realizar este tipo de deporte de aventura.   

Escalada

Escalada

FInalmente, sea escalada en hielo o escalada en roca, hay dos elementos que se tornan fundamentales camino a la cima: fuerza física y mental. La primera, es más que evidente. Sobre todo, si sólo se cuenta con el cuerpo del ser humano para ascender y no de uno o más elementos artificiales para apoyarse, descansar o avanzar.

Además, el acantilado y el hielo son totalmente irregulares en forma. Habrá momentos en que al escalador le toque “sostenerse” o “agarrarse” de un espacio más que angosto. Sí, la naturaleza puede jugarle en contra, pero es parte del deporte de aventura, sino no se llamaría de esa forma, ¿verdad?

En cuanto a la segunda, el escalador debe estar súper preparado psicológicamente. Al tenerse únicamente a sí mismo como “herramienta” de avance y como líder, es decir, como el único que se puede alentar a sí mismo para llegar a la meta sólo queda decir que: es él y sus ganas, sus fuerzas y por supuesto su técnica. Es la voluntad del ser humano, la cual debe de ser más grande que la altura del mismo acantilado.


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