Escaleras interiores que suben hasta tus sueños

Publicado el 24 marzo 2014 por Enesca @escalerasenesca
Dime por dónde caminas y te diré cómo eres; o algo así. Desde chiquitines todos soñamos con triunfar en la vida. Conseguir un buen trabajo, una pareja que nos quiera, tal vez tener un niño… pero sin prisa; antes habrá que comprar un perro, o quizás adoptar una casa (¿o era al revés?)… Una casa. Sí, una casa grande, con varios pisos, y ventanales enormes y una escalera interior de caracol que baja desde el dormitorio hasta el salón con una barandilla cromada y vistas al mar. ¿Te lo imaginas así? O tal vez pensar más a lo grande… Algo un poco más diáfano, más abuhardillado. Con dos pisos, claro, las escaleras no pueden faltar en interiores con estilo. Y esta, un poco más recta, una modular.Una de esas escaleras pegadas a la pared, y que la pared tenga moqueta o esté medio acolchada; para poder ir corriendo y darte de repente.La primera vez con tu pareja después de una de esas cenas de muchas velas y poca rectitud, y las demás ya que se las den los niños. Sí, niños. Que jueguen, y que se imaginen que la buhardilla es un barco pirata, que las escaleras van al puesto de vigilancia y que el interior de su cabeza se vuelva infinito. ¿Te suena apetecible? ¿Soñar con tu propio futuro y poder anticipar cómo será?Está demostrado que el cerebro humano es excelente a la hora de justificar decisiones que ya ha tomado. Esto, bien aplicado, se puede utilizar para cumplir deseos.Es muy fácil. Primero, decides cómo quieres que sea tu vida, después, diseñas el escenario, y ya por último, encuentras los personajes.Mi parte favorita de la casa cuando era niño eran las escaleras porque podían convertirse en cualquier cosa. Eran mi alfombra voladora, mi asiento improvisado, mi mapa del tesoro, mi caballo de carreras, mi montaña de la selva, mi escondrijo, mi búnker, mi nave espacial…De no haber sido por ese conjunto de escalones tan bien puesto dentro de casa, yo no sería lo que soy ahora. Más adelante, cuando crecí, las escaleras siguieron siendo importantes.Eran mis cómplices cuando volvía demasiado tarde, mis confidentes cuando no tenía nadie a quien contarle mis cosas y mi asiento improvisado; eso nunca cambiaba.A Escher le encantaban las escaleras. ¿No se notaba? ¿Te suena familiar? Igual hasta ahora no te habías dado cuenta, pero unas simples escaleras te marcan la vida. Escaleras al cielo, escaleras a tu refugio, escaleras al paraíso (según con quien las subiernas); escaleras a tus sueños.Puedes decidir, piénsalo. Igual quieres renovar las escaleras porque los escalones ya resbalan hasta el punto de ser suicidas, igual quieres cambiar de ambiente, o igual estás construyendo la casa desde cero.Sea como sea, cuando vayas a elegir, tómate tu tiempo y elige unas que te hagan elevarte un poco más que la altura de los escalones; unas que puedan elevarte a la altura de lo que quieres ser. 

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