Género. Novela (con una enorme premisa fantástica, eso sí).
Lo que nos cuenta. Dos hombres llevan a cabo un vertido en el embalse que sirve a la pequeña localidad de Black River y después se suicidan, pero alguien les ha visto mientras operaban. Una semana después, el viudo Paul Annendale y sus dos hijos se disponen a comenzar sus vacaciones en Black River y hacen una parada en la tienda principal del pueblo para saludar al dueño y amigo, que les cuenta que no se siente muy bien y que tiene escalofríos por la noche. No es el único con esos síntomas en la localidad.
Mi opinión. Novela muy rápida de leer, que maneja un batiburrillo de ideas respecto al control mental y lo subliminal para crear el motor de la trama, una no especialmente complicada (para nada) y más interesada en mostrar escena tras escena de violencia, acción, horror y sexo hasta llegar al final, con un villano de opereta retorcido a lo Best Seller, entretenida sin poso, que distrae y poco más.
Destacado. El ritmo. Una vez que arranca la acción, prácticamente no se detiene nunca.
Potenciales Evocados. Conceptos que podrían ser de King pero manejados de forma muy pulp… Un momento, ¿no es ese el estilo Koontz por excelencia?