Al llegar a Budapest, nos esperaba Joe, a quién habíamos localizado a través del foro de Los Viajeros. Podíamos haber hecho uso del transporte público pero dada la ubicación de nuestro hotel, teníamos que haber hecho 2 transbordos y caminar 10 minutos. Eso, unido a que llegábamos ya de noche y con el fríííííío....no nos compensaba
El hotel es muy recomendable, con habitaciones amplias y un servicio muy atento. El desayuno muy completo (mi hija dio buena cuenta de la fuente de chocolate....cada día). El ambiente y la decoración hicieron que nuestra experiencia navideña en Budapest fuera completa.
Nuestra escapada consistió en 4 días completos en Budapest. No me voy a detener en cada uno de los sitios que hay que ver, puesto que eso lo podemos encontrar en cualquier guía y diario blogs maravillosos que hay en la red. Vimos todo "lo básico" que hay que ver: la Basílica de San Esteban, la Sinagoga, el puente de las cadenas, el de la libertad, el Parlamento, cruzamos a Buda, subimos en el funicular y pasamos la mañana recorriendo la colinas, los alrededores del Castillo, el bastión de los pescadores, etc...
Estas son mis recomendaciones o comentarios de algunas de las visitas que hicimos:
- El Parlamento hay que verlo por dentro, por fuera, desde Buda, de día y de noche. Y tú dirás: bueno, no será para tanto...Bueno, igual no, pero es un edificio impresionante y merece la pena verlo desde todas las perspectivas. Por la noche, para verlo iluminado, en lugar de subir a la colina de Buda, decidimos cruzar el Danubio por el puente de Margeritte. Por cierto, ¿soy la única a la que le recuerda al sevillano Puente de Triana?
- Comer. Hambre no pasarás, sino más bien al contrario. Platos siempre muy bien servidos y en ocasiones contundentes que te proporcionan reservas calóricas para soportar el frío (como si a mi me hicieran falta reservas). Prácticamente en todas partes tienen menú en inglés; en español, no sé aunque tampoco lo pedimos.
- Los mercadillos navideños. Antes de empezar a hablar de esto, quiero ponerte un poco en situación. Como canarios, salimos de casa en diciembre con una temperatura de 21 grados y calima. Con esto no pretendo ponerle los dientes largos a nadie, sino intento que comprendas que cualquier ambiente navideño con esas temperaturas es algo irreal. Y dirás: Vale, pero en el hemisferio sur pasan las navidades durante el verano. Pero es que yo soy así de rara: me gustan las fiestas navideñas y, si son con frío, más. Por eso, los 17-18 grados de diferencia que encontramos al llegar a Budapest hicieron que me pusiera enseguida en sintonía con la Navidad. Llegamos un viernes y durante todo el fin de semana todos solos mercadillos estuvieron en su apogeo. Puedes encontrar varios en el centro, relativamente cerca unos de otros: desde La Basílica de San Esteban, a Vorosmarty, Erzsébet,
calles aledañas, ...Los puestos con productos locales,artesanía, el olor a vino especiado y a ponche, la musiquilla en el ambiente y como no, el frío, hacen que, de repente, pongas el modo navideño ON. Además, en algunos tienen música en directo y en otros, hilo musical: la primera vez que llegamos al mercadillo de San Esteban sonaba "Last Christmas" de Wham.