Cliff y Cydney están pasando su luna de miel en Hawai. Creen haber encontrado el paraíso en aquel lugar hasta que se encuentran con un grupo de excursionistas que les comentan el horrible asesinato de unos recién casados en las islas, y comienzan a preguntarse si quizás deberían volver. Durante el camino se encontrarán con otras dos parejas, Nick y Gina y Kale y Cleo. Lejos de la civilización o de poder ser rescatados, cada uno de ellos empieza a sentirse amenazado, sin saber ya en quién confiar. El paraíso se convierte en un infierno terrenal donde da comienzo una batalla brutal por la supervivencia.
El reparto cumple con creces, y aunque aquí Milla Jovovich aparca un poco esa fuerza a la que nos tiene acostumbrados con la saga Resident Evil, el hueco interpretativo lo ocupan los roles de Timothy Olyphant (con un personaje que destila ironía) y Steve Zahn, quizás el más académico y correcto de todo el elenco.
Resumiendo: pasareís un rato agradable con esta película si, como decía al principio, os la tomaís por lo que es en realidad y os dejais llevar por el ambiente, los paisajes y la historia que, como las meigas, haberla, hayla. Y sobre todo tenedla en cuenta por evitar haberse convertido en lo que perfectamente se hubiera podido convertir...