Producida por Martin Scorsese, dirigida por Rodrigo Cortés y protagonizada por Mario Casas, Escape (2024) tiene todos los ingredientes a priori para generar una expectativa tremenda. Eso, quizás, da todavía más valor a que el director de Buried (2010) se haya arriesgado con una película a contracorriente que se antoja muy personal. La historia adapta "libremente" la novela de Enrique Rubio y plantea algo así como un film de fugas carcelarias, pero al revés. El protagonista es 'N', un misterioso personaje, callado y un manojo de tics, que parece ido, que se dedica a quebrantar la ley con el fin de ser encarcelado. Lo interpreta un Mario Casas entregado que cumple a la perfección. El por qué 'N' quiere ser apresado es lo que el espectador va descubriendo poco a poco, pero me atrevo a decir que lo más importante de Escape no es lo que cuenta, sino cómo se cuenta. Rodrigo Cortés utiliza todos los recursos cinematográficos para expresar ideas y temas como la pérdida y la culpa en un relato de tono kafkiano y surrealista que alcanza sus mejores momentos en los choques entre personajes. Ana Castillo es creíble incluso en situaciones que escapan a la lógica y la relación de su personaje con el de Casas sostiene gran parte de la película. Pero las escenas del juicio que comparten Mario Casas y un enorme José Sacristán, en el papel de un juez estupefacto pero consecuente, son brillantes. El reparto se completa con actores eficientes como Juanjo Puigcorbé, Blanca Portillo, Albert Pla, David Lorente o Willy Toledo. Siendo puramente cinematográfica, Escape tiene algo de relato literario, con un humor del absurdo más bien intelectual. Su mayor acierto es conseguir introducir al espectador en su premisa imposible, consiguiendo esa siempre deseada suspensión de la incredulidad. Plásticamente es una cinta estupenda en cuanto a la planificación, la fotografía de Rafa García, el montaje -que también firma Cortés- y la música, obra de Víctor Reyes. Y aunque la historia puede que pierda algo de tensión hacia el final, creo que Escape es de esas obras atrevidas y divertidas que acaban generando culto.
Escape -la lógica de lo imposible
Publicado el 15 noviembre 2024 por Jorge Bertran Garcia @JorgeABertranProducida por Martin Scorsese, dirigida por Rodrigo Cortés y protagonizada por Mario Casas, Escape (2024) tiene todos los ingredientes a priori para generar una expectativa tremenda. Eso, quizás, da todavía más valor a que el director de Buried (2010) se haya arriesgado con una película a contracorriente que se antoja muy personal. La historia adapta "libremente" la novela de Enrique Rubio y plantea algo así como un film de fugas carcelarias, pero al revés. El protagonista es 'N', un misterioso personaje, callado y un manojo de tics, que parece ido, que se dedica a quebrantar la ley con el fin de ser encarcelado. Lo interpreta un Mario Casas entregado que cumple a la perfección. El por qué 'N' quiere ser apresado es lo que el espectador va descubriendo poco a poco, pero me atrevo a decir que lo más importante de Escape no es lo que cuenta, sino cómo se cuenta. Rodrigo Cortés utiliza todos los recursos cinematográficos para expresar ideas y temas como la pérdida y la culpa en un relato de tono kafkiano y surrealista que alcanza sus mejores momentos en los choques entre personajes. Ana Castillo es creíble incluso en situaciones que escapan a la lógica y la relación de su personaje con el de Casas sostiene gran parte de la película. Pero las escenas del juicio que comparten Mario Casas y un enorme José Sacristán, en el papel de un juez estupefacto pero consecuente, son brillantes. El reparto se completa con actores eficientes como Juanjo Puigcorbé, Blanca Portillo, Albert Pla, David Lorente o Willy Toledo. Siendo puramente cinematográfica, Escape tiene algo de relato literario, con un humor del absurdo más bien intelectual. Su mayor acierto es conseguir introducir al espectador en su premisa imposible, consiguiendo esa siempre deseada suspensión de la incredulidad. Plásticamente es una cinta estupenda en cuanto a la planificación, la fotografía de Rafa García, el montaje -que también firma Cortés- y la música, obra de Víctor Reyes. Y aunque la historia puede que pierda algo de tensión hacia el final, creo que Escape es de esas obras atrevidas y divertidas que acaban generando culto.