Yo me crié en esos años, me atiborré a cine en sesiones de mañana, permanecía más tiempo en el videoclub del barrio que jugando en la calle. Fui una maldita rata del VHS. Miro hacia atrás y sólo puedo pensar: gracias mamá por no echarme la bronca cada vez que llegaba tarde con seis o siete vídeos. Visioné tanto buen cine como horribles bodrios. Uno de los géneros que másalquilaba, no lo negaré, era el de acción.
Un experto en fugas de las cárceles más seguras del país, es contratado junto a su empresa para lograr evadirse de una nueva y sofisticada prisión. Una vez allí, con una identidad falsa, descubrirá que ha sido traicionado por todos, por lo que deberá huir de la prisión para salvar su propia vida.
La crítica
En los 80 debías decantarte por uno de los dos bandos: o estabas con Stallone o bebías los vientos por Arnold. Me quedé con el segundo. Era el totem de las ostias a mansalva y las ráfagas de Uzi. A Sylvester siempre le vi como un tipo que estaba más pendiente de salir guapo en pantalla. Bien, los años han pasado. Las arrugas han aparecido. El género de acción ha cambiado. Sin embargo, estos dos tipos aún no se han enterado.
La cosa pinta en bastos. Para empezar tenemos una presentación de los dos iconos de acción por excelencia. Por una lado, Sylvester Stallone (Ray Bresling) vuelve a su infatigable registro de hombre que se las sabe todas, experimentado y un perfecto ejemplo de eficiencia. Por el otro, Arnold Schwarzenegger (Rottmeyer), con un personaje bastante blandito que dejará un halo de decepción al que espere una reentrada de él al cine de acción.
La película es un simple vehículo para el lucimiento de ambas estrellas. Un método publicitario para reencontrase oficialmente en pantalla a los dos blockbusters de los 80, la serie 'Mercenarios' es un proyecto más personal de Stallone y que solamente se puede mirar como una manera de hacer borrón y cuenta nueva. La jugada les ha salido francamente mal a ambos.
Stallone sigue obsesionado con dejar claro que sigue en forma para este tipo de cine. Él y su orgullo pasean palmito por todo el film. Sin querer hundir más su carrera, para eso él es único, se mete en proyectos que desde un principio están abocados al fracaso. En cambio, Arnold, después de su travesía por el desierto de la política e innumerables problemas personales, desea volver a su trono intentando recuperar un tiempo perdido que jamás volverá a tener. Hace un año ofreció un digno papel en 'El último desafío', película sin pretensiones que al menos le dio la oportunidad de saludar a su público sin hacer el ridículo.
Pero el ego, y estos dos animales tienen para dar y tomar, es tan grande que nada o nadie puede parar el desquiciado y megalómano título que ha unido de manera oficial a los fundadores de 'Planet Hollywood' (que sigue siendo su mejor película de largo...). El despropósito 'Escape plan' ha sido dirigido, es un decir, por Mikael Hasftröm ('El rito', 'Sin control', '1408') que hace lo que puede con semejante material tanto delante como detrás de la pantalla. Su dirección es lineal y con excesivas carencias para el género de acción. No mantiene la tensión en ningún momento, crispa al espectador con escenas absurdas y fuera de lugar, destroza la única oportunidad de dar empaque a la película con estúpidas y mal resueltas escenas de acción. Es, simplemente, un director de tercera que han elegido para figurar en los títulos de crédito, que no ofrezca problemas a las dos bestias pardas y que se limite a poner la cámara en los lugares más adecuados para atenuar las incipientes barrigas de los dos divos.
Normal, si unes a un director plano e incompetente con un guión (y perdón por usar esta palabra) lleno de tópicos mal estructurados, escenas que una y otra vez no aportan nada a la trama, con lagunas y errores que no subsanan, personajes sin el menor atisbo de empatía y una enorme falta de credibilidad; hacen que la visión de 'Escape plan' sea un titánico esfuerzo para los ojos, la mente y la paciencia del espectador.
Se ha intentado rodear a estos dos armarios desconchados con actores que den algo de lustre al conjunto. Pero ni por esas. Jim Caviezel (director de prisión Obbs) deambula sin saber bien qué hace en semejante engendro. Su personaje, que aparte de una curiosa afición por las mariposas no aporta nada, es una estúpida caricatura de los villanos de acción. A él se une un Sam Neill en horas muy bajas. En un papel de médico (ojo a la supuesta vigilancia extrema de una prisión de máxima seguridad, no tiene perdón) que da la impresión que ha cogido por tener que pagar algunas facturas atrasadas. Eso sí, es el único que al menos tiene la oportunidad de plantear rasgos de actor. Con sólo un par de gestos de las facciones de su rostro, ya ha superado a los 90 minutos que entre las dos moles hayan podido intentar crear.
Luego alguien pensó que sería bueno meter algo de mala leche al reparto. Vinnie Jones fue el elegido. Vale, no es actor, ni siquiera era buen futbolista. Pero se le supone que sabrá poner cara de perro como sicario del director Obss. Pues ni eso. Tan absurdo su papel como el del resto de integrantes. Vincent D'Onofrio ('La celda', 'La chaqueta metálica') da su granito de arena con un tic que su personaje repite constantemente. En resumen, ni Robert De Niro lograría salvar este pastel.
Volviendo al supuesto guión, escrito por Miles Chapman ('De profesión: Duro 2'), es la constatación inequívoca de la famosa frase de: 'Un buen guión no lo estropea un mal director, pero un mal guión no lo salva ni Dios'. Le queda un largo trecho a este señor para lograr escribir aunque sean dos frases buenas en su vida. Su trabajo aquí está plagado de errores y trampas en el guión que él mismo olvida. Establece una serie de puntos de referencia que se salta a la torera a la primera de cambio. No respeta ni sus propias normas, jugando a prestidigitador que manosea su chistera cada dos por tres. Infumable historia, ridícula y con pretensiones de intentar codearse con las grandes películas de fugas carcelarias ('Cadena perpetua', 'Brubaker', 'Fuga de Alcatraz'). Hasta hace parecer buena la infame 'Fortaleza Infernal'. Lo siento por los aludidos.
Las escenas de acción, recurso básico en un film que pretenda ser eso, resultan patéticas. Frases manidas, vacías con retranca y sorna. En labios de aquellos que forjaron mitos en los ochenta ("Volveré" Terminator; "El crimen es una enfermedad y yo soy la cura" Cobra; "¿Quién es Harry el sucio?" Danko; "Soy tu peor pesadilla" Rambo, acorralado II) las estúpidas frasecitas que van soltando a lo largo del insufrible metraje se hacen costosas de asimilar. Sólo hay un leve momento, como una brisa extraña que nos devuelve a aquella década dorada, en la que Arnold luce su mirada ejecutora cuando coge una enorme ametralladora. Pero simplemente eso, una pequeña chispa de nostalgia en mitad de un desierto desquiciado.
En resumen, si tienes afición por los años ochenta, si el género de acción es uno de tus favoritos, si alguna vez fuiste seguidor de Sylvester o Arnold, si crees que tiempos pasados fueron mejores o si te sobran 8 euros para la entrada de un cine. Hazte un favor, cuando veas en la marquesina el cartel de esta película, tápate los ojos.
Información de más
- Durante el rodaje del film, Stallone recibió la noticia de la muerte de su hijo Sage.
- Schwarzenegger tiene pendiente de estreno 'Maggie', historia sobre una adolescente zombie; 'Sabotage' donde interpreta a un agente de la DEA; 'Triplets' continuación de 'Los gemelos golpean dos veces' ahora con DeVito y Eddie Murphy; 'La leyenda de Conan' dirigida por Paul Verhoeven; y 'Mercenarios 3'.
- Stallone en cambio tiene por estrenar 'Grudge Match' junto a Robert De Niro como dos boxeadores retirados; 'Reach me' drama sobre un libro de auto-ayuda; 'Creed' un nuevo retorno a su personaje más famoso, Rocky.