El pueblo español, que varias veces a lo largo de la Historia demostró que era valiente y tenía abundancia testicular, sufre también hoy una profunda crisis de huevos al no reaccionar con furia y brío frente a los abusos del poder, las injusticias, los escándalos, la proliferación de mentiras y engaños, el saqueo de las cajas de ahorros, la impunidad de los poderosos y muchas otras suciedades y canalladas que un pueblo libre y digno jamás debería tolerar.
He hablado con muchos periodistas y empresarios extranjeros con los que conservo cierta relación, tras haber sido corresponsal de prensa en tres continentes, y todos coinciden en que la imagen de los españoles, en otros tiempos admirados por su bravura y sentido del honor, está hoy por los suelos y marcada por rasgos de cobardía y pasividad frente a gobiernos que oprimen sin freno, abusan y se mofan de la democracia.
Lo que dice Ferreyra en México sirve para explicar lo que ocurre en España: "Si el gobierno no se atreve a romperles sus alcancías (a ladrones y corruptos), es que hay algo más que complacencia y debe pensarse en complicidad con las más altas esferas del poder público". Es evidente que si Rajoy quisiera y aplicara la ley a los delincuentes con poder, el país tardaría pocos meses en limpiarse, aunque fuera por miedo al castigo y no por virtud, pero ocurre justo lo contrario, quizás porque gran parte de los tipejos mas sucios están dentro de la estructura de los partidos políticos y, en algunos casos, aforados.
La escasez de huevos en España es una vergüenza para un país que dominó el mundo con sus tercios y que se rebeló contra la invasión de Napoleón, el hombre mas poderoso de su tiempo. Algo muy grave ha debido ocurrirle a España para que sus hombres y mujeres se hayan convertido en notables acobardados. Antes eran los italianos, pero ahora somos los españoles los que somos protagonistas de las burlas y de los chistes de cobardes en todo el mundo. Ante los abusos y humillaciones que el pueblo español está soportando de sus políticos, sin rebelarse, muchos afirman que el español es un tipo "con los huevos de adorno".