- La infantil.
El característico "Caca-culo-pedo-pis". o "culo-culo" acompañado de un amago de azote al culete en pompa. Muy característico de los dos a los tres años.
Cuando aparece ese niño en semi pelotillas con la ropa interior por los tobillos y te trae un minúsculo trozo de papel higiénico (o si tienes suerte una toallita), te planta el trasero en la cara y te dice: " He hacido caca, límpiame", y así con un cadencia de tres-cuatro veces al día. Se supone es transitorio. Tranquilidad.
- La romántica.
Y entonces tú las limpias del orinal o del inodoro. Y, cuando llega de la guarde-cole (aquí esta fase es residual y continúa), se pilla un cabreo magnitud 9 escala Richter porque has matado a sus preciosas mascotitas cacas y ahora no sabe si volverán a poder hacerlas con tanto mimo. Es un hecho.-¡¡¡Mami, mamiiiii!!! Mira, mira.
- ¡Qué, qué, qué!
- ¡Mira mis cacas arco iris!
-¡Ay hijo, de verdad...!
- De verdad, ¡mira! Cacas preciosas arco irirs. ¡Qué monada!, ¿verdad? Son tan bonitas...Son mis mascotitas cacas. No las limpies. ¿vale?
- La creativa.
- ¡Mira mami! ¡Esa caca tiene forma de dinosaurio!¡Y esa de elefante!¡Mira, un Emú, es un emú! Venga, mira conmigo, miraaaaa!!!!Hay niños que observan las formas de las nubes. El mío lo hace con las cacas, qué le vamos a hacer, me tocó este.
- La descriptiva-explicativa.
- La especial.-Mamá, mira. he hecho caca blandita. Pero no muy blandita. Ni dura. Medio blandita, ¿sabes? y así como de un color clarito, ¿será malo? Porque he comido todo y no tengo la lengua blanca ni me duele la tripa. ¿Te la enseño?
- Mamá. mira estos mocos. Son muy verdes y pegajososo, ¿ves el pañuelo? ¿Observas cómo tienen como burbujitas? Mami, ¿por qué pones esa cara?
Proveniente del que no habla, que, en un determinado momento aprendió que un ercuto procedente de su boca puede llegar a ser gracioso, y ahora trata de emitir todo tipo de sonido escatológico por su boca, ensayando y ensayando hasta la saciedad. A ver de qué manera le dices que socialmente no está muy bien tratar de emitir gases por esa boquita según en qué contextos fuera del hogar.
- La cochina porque sí.
- Alejandro, ¿quieres dejar de comerte los mocos?¡No pegues eso ahí, coge un pañuelo hombre ya! Pero, ¿¿no te has limpiado el culete?? ¡¡ Por Diossss!!! Sácate la mano de los calzoncillos y lávate las manos ya, ¡no hombre, no te huelas los dedos!
Y sí, así es el devenir cotidiano de tres criaturillas fascinadas con la escatología y cochinería más mundana. Por favor, decidme que no soy la única, que ni estoy criando a los primos hermanos de los tres cerditos porque mi vida no volverá a ser la misma. Por favor..