08/02/2013 2:52:46
El turismo cubano contará en 2013 con la celebración de tres cumpleaños cerrados, que son los de las ciudades de Bayamo y Trinidad, y el Museo Nacional de Bellas Artes, de indiscutibles valores culturales e históricos.
La oriental villa de Bayamo, fundada el 5 de noviembre de 1513, sobresale por ser cuna de la rebelión cubana y donde se escuchó por primera vez el himno nacional. Trinidad, también instituida ese mismo año, cuenta con la arquitectura colonial mejor conservada del archipiélago.
Por su parte, el Museo Nacional de Bellas Artes preserva un verdadero tesoro para el conocimiento. Son tres espacios sumamente visitados por turistas nacionales y extranjeros, que tienen en estos 12 meses atractivos muy particulares.
Museo Nacional de Bellas Artes, elegancia e historia
Magia es palabra clave y signo vital para una visita al Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. Sus edificaciones destilan elegancia e historia.
Reabierto el 18 de julio de 2001, luego de una remodelación capital al precio de 14,5 millones de dólares, que le añadiera otros dos edificios, tras sus bellas decoraciones aparece todo un mito en la cultura cubana, la cual refleja el mundo y las épocas.
Fundado como tal en 1913, hasta 1925 tuvo diversos locales para guardar las obras de arte y finalmente en 1955 poseyó una edificación propia en el lugar que hoy se encuentra: Trocadero, entre Zulueta y Monserrate.
La Colección Cubana se ubica en el edificio original, pero se adicionaron el establecimiento administrativo en las calles Empedrado y Monserrate, antiguo Cuartel de Caballería de 1764, y la Colección de Arte Universal en el antiguo Centro Asturiano, un majestuoso edificio frente al Parque Central, construido en 1927, todos cerca uno del otro.
En este complejo cultural se atesoran 47 mil obras de Cuba y el mundo, relativas al Arte sacro, Retratistas, Paisajistas, Vanguardia, Abstracción, Arte Moderno y Contemporáneo.
El edificio original desapareció bajo las llamas de un incendio el 24 de octubre de 1918, junto al Teatro Campoamor. Entonces el arquitecto asturiano Manuel del Busto ganó un concurso para la reconstrucción, que tuvo cinco versiones.
Trinidad, villa colonial por excelencia
La ciudad que mejor conserva la arquitectura colonial en la isla es Trinidad, un lugar verdaderamente interesante, sobre todo para quienes quieren conocer sitios vinculados a la cultura cubana.
El 23 de diciembre de 1413, en su trasiego hacia la bahía de Jagua, llegó el Adelantado Diego Velázquez de Cuellar a la futura Trinidad. Luego escuchó, junto a 20 de sus hombres, la primera misa del lugar oficiada por Fray Juan de Tesin, su capellán.
Entonces nombró a la ciudad Manzanilla y permaneció allí hasta fines de ese año. La villa fue próspera, pero en 1518 Hernán Cortes casi la despuebla en su empeño de buscar seguidores para la conquista de México.
Entre 1579 y 1585 fue repoblada por españoles y se le concedió el título de ciudad. Tabaco, cueros y carnes saladas caracterizaron el comercio de la urbe, en tanto a partir de 1673 el azúcar fue el signo que pobló el territorio de haciendas, hasta tener su valle de los Ingenios o la torre Manaca-Iznaga como símbolos del auge del dulce.
En la segunda mitad del siglo XVIII se añaden la cera, la miel y el café a sus renglones económicos, haciéndola nuevamente próspera. Es 1720 la época del apogeo y un nuevo declive en 1857.
Fue olvidada, y ello permitió que hoy conserve de mejor forma la arquitectura colonial, lo cual le propició el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1988.
Bayamo, signo de rebeldía
Bayamo es todo símbolo. Ciudad ubicada en la oriental provincia de Granma, tiene como edificación significativa su catedral, eje de muchos de sus acontecimientos, con pinturas alegóricas a hechos patrióticos y escenario de las primeras ansias libertarias de la Isla en el siglo XIX.
Urbe e iglesia constituyen emblema e historia en ese territorio, en cuyo entorno ocurrieron importantes hechos relacionados con el surgimiento de la nacionalidad cubana.
Su iglesia fue destruida en varias ocasiones, algunas veces por terremotos, pero lo más significativo resultó el incendio del 12 de enero de 1869, por decisión de los bayameses para evitar la ocupación por las tropas coloniales españolas.
Sin embargo, muchas figuras y espacios perduraron desde entonces, como la catedral del Santísimo Salvador de Bayamo-Manzanillo, hoy uno de los sitios religiosos e históricos más importantes de la nación cubana.
Originalmente fue construida en 1513, en el mismo año de fundación de la villa, la segunda de las creadas por los españoles en Cuba, y el actual edificio está en el lugar donde se levantó en 1712, el cual desapareció en 1869 con un incendio, pero algunas partes quedaron en pie.
En su interior se observan varios frescos religiosos y uno patriótico, pintados por el dominicano Luis Desangle, que abarca buen espacio, en el cual se representa la bendición de la bandera cubana por el padre Diego José Batista y la interpretación por primera vez del Himno Nacional.
La canción patria fue compuesta por Pedro (Perucho) Figueredo el 13 de agosto de 1867, y como instrumental se interpretó el 11 de junio de 1868 bajo la cobertura de una pieza religiosa.
Luego del inicio de la guerra el 10 de octubre de 1868 en el ingenio La Demajagua de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, las tropas insurgentes compuestas por unos 200 soldados, incluidos esclavos, avanzaron hacia Bayamo.
En la mañana del 20 de octubre del propio año, los insurgentes tomaron la ciudad y reunieron al pueblo a un costado de la catedral, donde hoy se encuentra la Plaza del Himno, y piden a Perucho Figueredo componer la letra, pues ya conocían la melodía. Este la escribe —más larga de lo que es ahora— y todos la entonan.
Es por ello que esa fecha se considera el Día de la Cultura Cubana. El 8 de noviembre de 1868, luego del acto de bendición de la bandera, en el atrio del templo se interpretó completo por 12 bayamesas.
(Fuente: PL /Roberto F. Campos )
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