ahora que el mundo está recién pintado Joaquín Sabina
El gusano ha muerto, esparcido en su jugo verde sobre las baldosas. Suenan canciones en el ordenador portátil, canciones a las que no pongo cara o número de pie. Las luces se hacen más intensas a medida que cae la noche, eterna y frágil, apenas corrompida por un tenue descenso de la temperatura. Los jerseys de rayas horizontales. La comida inspirada en el México profundo, realizada con cariño y aceite de oliva suave. Una sartén sin capa antiadherente resulta ser la excusa perfecta para el roce, tenedores de carbono que tratan de sacar los flecos de pechuga de pollo del fondo del acero. Oro. Vino. Platos coloreados/ rumba-mariachi. La disposición táctica de los elementos, bajo una sombrilla que ya no es necesaria, a punto de plegar su vuelo con la llegada del otoño. Algún día follaremos aquí, preguntas. O insinúas. Algún día, pienso, mientras cierro los ojos. Miradas indiscretas. Cámaras de vídeo que atentan contra la Constitución, entre otros atentados. Tú. Yo. Fundido a negro. Buen provecho.