Escepticismo (a la mexicana) para homeópatas

Por Daniel_galarza

Edición enero-febrero 2017, volúmen 86.

Si usted googlea las palabras "pseudociencia" o "pseudomedicina", probablemente se encontrará que entre los ejemplos más usuales está la homeopatía. Más cercana a la parapsicología y la astrología que a la medicina o la biología, la homeopatía ha sido uno de los principales blancos de los críticos de las (mal llamadas) medicinas alternativas. Ello no ha pasado desapercibido por la "comunidad" homeopática (y su molesto club de fans). Hace unos días, mi facebook-friend Andrés Tonini compartió un screenshot de un artículo de la revista La Homeopatía de México, de enero-febrero de 2017. El artículo se titula "Informe sobre los Escépticos Científicos de la Homeopatía en México", del estudiante de médico homeópata del IPN Luis Ángel Vite-Flores.
Como es usual en redes sociales, a muchos de mis contactos (casi todos los etiquetados en la publicación de Tonini) les causó gracia que una revista de homeopatía hablara sobre los escépticos mexicanos que han llegado a escribir algo sobre homeopatía. Otro de mis facebook-friends, Martín Fragoso, escribió una divertida nota en su blog sobre este artículo, sobretodo aclarando de manera sarcástica algunos errores menores del escrito de Vite-Flores. Hay dos puntos interesantes en este "informe" para homeópatas "profesionales": 1) las generalizaciones y supuestos errores en los que cae el movimiento escéptico, al menos en México; y 2) la llamada de atención que el autor hace sobre la necesidad de abrazar el escepticismo dentro de la "profesión" de la homeopatía. Veamos de manera más detallada estos puntos.

¿Negacionismo homeopático?


Vite-Flores ofrece una descripción rápida del movimiento escéptico como un "grupo de presión" que ha "intentado eliminar a la Homeopatía de los sistemas nacionales de salud de países como Suiza, Reino Unido, Alemania, Emiratos Árabes Unidos, Brasil y México, o impedido su integración en naciones como Rumania, Israel, Japón, España, Australia, Estados Unidos, Argentina y Canadá." Si somos amables con este autor, podemos decir que el activismo escéptico sí vela por evitar que se derroche dinero público en pseudociencias como la homeopatía, y aunque éste no es ni su principal ni su único objetivo (ni tampoco la homeopatía es el único "blanco" de esta "presión"), es parte de la militancia por la correcta educación y cultura científica.
Luego describe vagamente algunas de las "críticas" que los escépticos científicos ofrecen contra la homeopatía, y enseguida señala una serie de "hechos" que omitimos a la hora de hablar de esta (pseudo)terapia: 1. Los medicamentos homeopáticos no siempre se dinamizan hasta el punto de no quedar ni una sola molécula del soluto empleado (nos informa también que las "bajas potencias" son de hecho las más comúnmente utilizadas); 2. La "transferencia de información" (lo que Hahnemann o uno de sus contemporáneos hubiera llamado "esencia vital") del ingrediente activo usado en un preparado homeopático "sólo se efectúa si es agitada la disolución o solución en cada intervalo", es decir, por el proceso de dinamización. Advierte que sin este proceso básico no se transfiere nada a la solución; 3. Afirma que "Existen una diversidad de hipótesis propuestas que describen o explican el, o los posibles mecanismos de acción del medicamento homeopático", eso sí, no todas (yo diría que ninguna) tienen el mismo soporte experimental, ni tampoco existe una "teoría integradora" que abarque la "dimensión biológica, fisicoquímica, biofísica, clínica, psicológica, filosófica e histórica" (?). 4. Este punto tal vez sea donde se presenta una afirmación demasiado extraordinaria: "Los ensayos clínicos controlados diseñados con alta calidad metodológica que respetan el principio de individualización han demostrado un efecto significativo sobre el placebo. Estos resultados son consistentes con varios meta-análisis publicados en diferentes revistas científicas". Nos aclara sin embargo que son pocos los estudios que han demostrado eficacia para condiciones clínicas específicas. Y por último, pero no menos importante, 5. "Existen más de 200 estudios científicos publicados en las áreas de biología molecular, biología evolutiva, toxicología, fisicoquímica, etcétera, que han demostrado de manera consistente que las llamadas altas diluciones homeopáticas en sistemas celulares, modelos animales y modelos vegetales exhiben efectos en la regulación genética, transcripcional o cambios en parámetros físico químicos."
Para ser alguien que afirma que los escépticos usamos "trampas semánticas" en los discursos, aquí puedo notar algunas omisiones, exageraciones, y sí, trampas:
1. Aunque es cierto que no todos los escépticos lo saben o lo mencionan en sus escritos y/o charlas, se sabe bien que no todos los preparados homeopáticos rebasan el número de Avogadro, y es posible encontrar moléculas del ingrediente activo original. Lo que es más, se sabe bien que puede haber casos de intoxicación por sobredosis de ciertos preparados homeopáticos, tal como el médico Claudio Pérez de Celis informa en su artículo "Medicina alternativa. Un monstruo subestimado". Pero hay dos puntos importantes con esta supuesta omisión por parte de los escépticos. Primero, que el que existan chochos homeopáticos con algo de ingrediente activo no dice nada sobre la crítica a la homeopatía, que se concentra en sus principios, sus métodos y su promoción. Segundo, estas diluciones podrían ser usadas en un divertido argumento para demostrar que los principios de la homeopatía son falsos. Como es sabido, los tratamientos homeopáticos con una dilución menor a 26X (14C), como la "Coffea cruda", pueden ser causa de intoxicación, sobre todo en niños, tal como nos recuerda Pérez de Celis en su artículo. Esto es así porque el preparado no está tan diluido como otros (por ejemplo, el Oscillococcinum®), y por tanto tiene efecto en el cuerpo (por desgracia no el deseado). Pero basados en los principios de la homeopatía, la coffea cruda debería ser menos potente que el Oscillococcinum® porque, supuestamente, entre más diluida una sustancia (a través de los métodos homeopáticos, claro) es más potente. Y resulta que durante los cientos de suicidios homeopáticos alrededor del mundo, donde se han usado chochos con la tintura madre cientos, miles o millones de veces diluida (cuando se supone deberían ser más potentes) no se tiene ni un solo caso de intoxicación. Ergo, la homeopatía es falsa.
Los defensores de la homeopatía suelen asegurar que esto es así porque los tratamientos homeopáticos solo son efectivos para atacar un problema existente, y mientras el cuerpo no tenga un problema que tratar (un "desequilibrio energético", como diría un homeópata tradicional) entonces no tiene ningún efecto. Esta afirmación queda refutada con el hecho de que existan tratamientos como la coffea cruda que sí puede tener consecuencias serias en caso de ingerir de más (y eso que se supondría debería ser menos potente por estar menos diluida), o en que muchos de los suicidas homeopáticos sí padecen algunos problemas, como el insomnio, y se toman frascos completos de chochos homeopáticos para dormir... y no se duermen en el evento.

Aunque graciosos, algunos memes y campañas
contra la homeopatía en realidad atacan
un hombre de paja, ya que no son precisas
con los métodos y afirmaciones reales de
la homeopatía.

2. El punto número dos es en realidad un dogma de la homeopatía expuesto por su propio creador, Samuel Hahnemann, y parece ser que algunos escépticos nos olvidamos de éste a la hora de hacer memes o caricaturas de la homeopatía. Algunas veces he oído o leído (y usado imágenes) que debemos agradecer que la homeopatía sea falsa y que el agua no tenga "memoria", porque de lo contrario, estaríamos bebiendo agua que "recuerda" lo que es estar en el intestino de un T-Rex y en un sinfín más de lugares desagradables. Hahnemann pensaba que una sustancia podía tener efectos curativos potentes porque su potencia podía verse afectada por métodicas sacudidas (él golpeaba su frasquito de preparado contra una Biblia varias veces), proceso conocido como sucusión. El aumento de la potencia del preparado mediante sucusión la llamó dinamización. Pero este aumento de potencia no es física ni química (material), sino espiritual. Hahnemann, convencido de la verdad de sus principios, de hecho aconsejaba que los homeópatas no cargaran sus remedios en sus bolsillos por el temor a que estos fueron demasiado poderosos de tan diluidos que estaban. Incluso llegó a asegurar que no era necesario que los pacientes tomaran el remedio, pues en ocasiones bastaba con que los olieran (así de poderosa suponía que era la dinamización).
El problema aquí no es tanto que los escépticos ignoren esto (y de hecho muchos lo ignoran), sino que no existe nada que ayude a convencer a nadie de que agitar una sustancia x en un frasco con agua o alcohol haga que dicha sustancia se dinamice. Lo que es más, muchísimas sustancias usadas como materia prima (tintura madre) para los preparados homeopáticos suelen ser irrelevantes para tratar los padecimientos que dicen pasar, y solo se basan en la ley de los simalares. Por ejemplo, si usted busca un antigripal homeopático, puede encontrarse el "Allium", un remedio que consiste en diluir cebolla hasta que no quede ni una molécula. ¿Qué tiene que ver la cebolla con la gripa? Bueno, las cebollas causan que te lloren los ojos, se irrite la garganta y la nariz, así que es similar a la gripa. En términos médicos, cebolla ultradiluida no sirve para nada, hasta donde sabemos. Pero el allium se vende. O tal vez le suene a chiste, pero un tipo de preparados homeopáticos conocidos como "imponderables", consisten en diluir en agua o alcohol la luz de venus reflejada en el frasco, rayos X o la luz solar. Los remedios imponderables suelen ser mal vistos por homeópatas más tradicionales. Suena a chiste, pero hay preparados homeopáticos que se venden así.  Nada de esto es mencionado por Vite-Flores.
3. Este punto también es una falsa generalización, ya que no todos los escépticos omiten este hecho. Tal como aclara el Dr. Edzard Ernst, uno de los principales críticos de las medicinas alternativas:
"Hay varias teorías que pueden explicar de algún modo cómo funciona la homeopatía. Pero todas son actualmente teorías y ninguna proporciona una explicación completa sobre el mecanismo de acción de los remedios altamente diluidos. Sin embargo, afirmar que la homeopatía es totalmente inverosímil podría ser una exageración contraproducente."
Obviamente Ernst se refiere a que se han propuesto varias teorías que podrían explicar los hipotéticos mecanismos de la homeopatía, pero ninguna de éstas es considerada una teoría científica, sino hipótesis que no brindan una explicación completa sobre remedios que sobrepasan cualquier límite razonable de ingrediente activo en la sustancia. El que Vite-Flores admita estos puntos, creo, es un agradable ejemplo de honestidad intelectual, aunque la omisión de los escépticos de este punto no está justificada en todos los casos.
4. Como ya venía adelantando esta es una gran afirmación extraordinaria que, por tanto, necesitaría de evidencias extraordinarias para creerla y aceptarla. Pero para sostener esta afirmación, Vite-Flores solo nos ofrece en sus referencias un artículo más de la misma revista, un reporte del Homeopathy Research Institute (HRI) británico (con el enlace roto) y otros tres enlaces de la Faculty of Homeopathy de Londres. Esto es equivalente a pedirle estudios "controlados diseñados con alta calidad metodológica" a un creacionista y que éste te cite los papers del Institute Creation Research, o pedirle lo mismo a un creyente en la telepatía y te mande a los escritos de la Parapsychological Association. Sabemos que institutos, asociaciones y centros dedicados a la homeopatía, el creacionismo o la parapsicología van a ofrecer escritos donde encuentran resultados positivos para sus respectivas creencias, pero no es eso a lo que uno se refiere con evidencia extraordinaria para un reclamo extraordinario.
Para ser justos, muchos de los estudios en homeopatía sí han sido realizados de manera correcta de acuerdo a los estándares de calidad de un ensayo clínico. Pero, ¿cuántos de éstos han sido reproducidos (igual de bien, respetando todos los estándares de calidad) por institutos y grupos de investigación ajenos a la homeopatía? ¿Cuántos han demostrado realmente tratar o ayudar en el tratamiento de cualquier enfermedad? Ni en su escrito ni por sus referencias se justifican sus afirmaciones del punto cuatro.
5. El último punto es (aparentemente) el más asombroso de todos. Vite-Flores asegura que existen más de 200 estudios de distintas ciencias que confirman "de manera consistente que las llamadas altas diluciones homeopáticas en sistemas celulares, modelos animales y modelos vegetales exhiben efectos en la regulación genética, transcripcional o cambios en parámetros físico químicos." Esta afirmación, a pesar de sus referencias en el artículo original, es un tanto vaga. Se sabe, por ejemplo, de efectos de estimulación a dosis bajas y uno de inhibición a dosis altas de la misma sustancia en los sistemas que cita el futuro médico homeópata. Este fenómeno es conocido como hormesis. Pero hay que ser cuidadosos, pues la hormesis no es un efecto homeopático ni es homeopatía, tal como explica Víctor Javier Sanz Larriagaautor del libro La homeopatía, ¡vaya timo! (las referencias del artículo original fueron suprimidas aquí):
La hormesis es un término usado en toxicología para referirse a una dosis-respuesta bifásica (de los sistemas biológicos) frente a un agente o estímulo ambiental, de tal modo que una dosis baja produce un efecto beneficioso y una dosis alta un efecto tóxico o nocivo. La hormesis es, pues, un concepto necesario y útil para describir las respuestas adaptativas de los organismos a los factores estresantes ambientales. Los ejemplos incluyen, entre otros, el pre-condicionamiento isquémico (muy conocido desde hace tiempo en cardiología), el ejercicio físico, la restricción de la energía procedente de la dieta y la exposición a dosis bajas de ciertos productos físico-químicos. Por el contrario, la homeopatía es una pseudomedicina basada en la creencia mágica de que toda sustancia capaz de provocar ciertos síntomas en el hombre sano a dosis altas, es capaz de curarlos en el enfermo a dosis bajas.
Sanz Larriaga también explica que la hormesis no obedece los principios de la homeopatía sino los de la medicina científica, ya que  las reacciones químicas que explican este fenómeno son inducidas por concentraciones bajas pero medibles de las sustancias que intervienen, respetando el número de Avogadro. En medicina, a diferencia de la homeopatía, no hay diluciones sin soluto, y en especial las sustancias en este tipo de diluciones sí tienen efectos medibles, contrastables, que además se relacionan con los sistemas biológicos, inmunológicos o con los agentes patógenos, con mecanismos de acción conocidos, a diferencia de la cebolla ultradiluida y otros brebajes homeopáticos. Para Sanz Larriaga la conclusión es sencilla:
"La hormesis nada tiene que ver con la homeopatía. Por ello, las correspondientes aplicaciones científico-técnicas (medicina, agricultura, etc.) tampoco tienen nada que ver con la homeopatía. Más aún, cualquier analogía (o identificación) que se establezca entre ambos procedimientos será falsa y con la clara intención de engañar o confundir."
Pero dejando de lado los casos de hormesis confundidos (intencionalmente o no) con homeopatía, ¿hay estudios que confirmen efectos en sistemas biológicos de algún preparado homeopático? Edzard Ernst no teme en confirmar la realidad de que existen "estudios clínicos bien realizados de homeopatía con resultados positivos. Por lo tanto, no es cierto afirmar que no exista una buena evidencia de prueba para apoyar la homeopatía." Sin embargo, un escéptico bien informado, como nos aclara Ernst, puede seguir cuestionando porque "la totalidad de la evidencia confiable no muestra que los remedios homeopáticos altamente diluidos sean más efectivos que los placebos." Otro punto que Vite-Flores omite.

Sofismas y autocríticas


Me pareció especialmente curioso que Vite-Flores siguiera la línea argumentativa de algunos trolls cibernéticos, asegurando que los escépticos mexicanos son todos "en general" seguidores de James Randi, Edzard Ernst y Mario Bunge. De los tres citados, solo Ernst es especialista en el tema de las medicinas alternativas, concentrándose con especial atención en la homeopatía. Randi y Bunge, aunque grandes críticos de ésta y otras pseudoterapias, no suelen ser exactamente los primeros en ser citados a la hora de hablar de homeopatía. Pareciera que Vite-Flores ignoró el trabajo de Harriet Hall, Steven Novella, Wallace I. Sampson, William JarvisBob McCoy, Ben Goldacre, Scott Gavura, David Gorski o Stephen Barrett, nombres que han forjado la crítica a la medicina alternativa en general, y que han inspirado a muchos otros en varios países para denunciar la charlatanería y el curanderismo.
Al menos el autor aclara que no todo "ateo o agnóstico" (?) milita en el movimiento escéptico, ni tampoco todos son críticos de la homeopatía. También asegura que la filosofía exacta propuesta por Bunge tiene elementos "rescatables", aunque no oculta su supuesto "autoritarismo" con el que "tergiversa" temas, claro, como el de la homeopatía. Lo más interesante es que asegura que "El escepticismo es una herramienta para el progreso y la evolución de la ciencia, y la Homeopatía, como área del conocimiento y de la medicina (ciencia y arte de curar), debe estar en condiciones de afrontar dicho escepticismo y no sólo contradecirlo." No soy médico, pero no se me ocurre ningún área de la medicina que esté desconectada del resto de áreas médicas, como lo está la homeopatía. No puedo pensar en una sola área de la medicina que nunca haya contribuido en paliar, eliminar o siquiera prevenir cualquier padecimiento, como nunca ha contribuido la homeopatía. En suma, este estudiante de homeopatía da por supuesto una idea contraria al conocimiento en historia de la medicina, ya que la homeopatía no tiene conexión histórica con la moderna medicina basada en la ciencia.
Vite-Flores narra una brevísima historia de la crítica a la homeopatía desde el movimiento escéptico "a la mexicana", con un tono (me parece) de alarmado porque se den estos ataques en columnas de opinión, asociaciones de ateísmo y blogs personales. Como el buen Martín Fragoso muestra en su entrada, Vite-Flores comete varios errores al querer hacer esta breve "historia del escepticismo" de la homeopatía. Luego de esta mala historia del movimiento, Vite-Flores salta a sus conclusiones acusando a la crítica de ser una "guerra mediática sucia" y una señal de alarma que debe tomarse en serio,
 ya que mediante un discurso de retórica falaz que apela a la autoridad escolástica (elaborado en un ejercicio de desinformación, tergiversación y manipulación de información) se ha protocolizado un sesgo ideológico que ha dominado internacionalmente en ciertos sectores académicos y sociales para que se rechace fútilmente cualquier prueba científica favorable a la Homeopatía, mientras se enfatizan y promueven las pruebas que sugieren resultados desfavorables
Estas afirmaciones gratuitas las hace sin conectar nada de lo que antes describía como momentos de activismo escéptico contra la homeopatía. Pareciera que al autor le bastó con señalar las cuatro (supuestas) omisiones en las que los escépticos caen para después afirmar que esto es guerra sucia. Pero continúa:
No debe permitirse que este grupo siente cátedra con su utilitarismo y reduccionismo extremo, a la par de su censura a la libertad de investigación científica. La ciencia es una actividad libre que debe ejercerse con responsabilidad y ética, y que no debe orientarse por los prejuicios de grupos engañosos. La Homeopatía es un modelo médico donde el campo de la investigación científica está creciendo exponencialmente.
¿Dice que no se debe dejar que los escépticos "sienten cátedra" a la vez que se exige que no se "censure" la supuesta libertad de investigación científica? ¿Soy el único que ve una contradicción aquí? Es muy cierto que la ciencia es una actividad libre que se debe ejercer con responsabilidad y ética, y eso es precisamente lo que los escépticos exigen: que se saque a la pseudociencia de los cómodos lugares donde se vende como ciencia, tales como en el IPN y en la Secretaría de Salud. Los recursos invertidos en pseudociencia, como homeopatía y acupuntura, podrían ser destinado a investigaciones que realmente valgan la pena.
Su afirmación sobre la censura y el prejuicio hacia la homeopatía me recordó mucho una pregunta que me hicieron en Ask, sobre si pseudociencias como la homeopatía o el psicoanálisis deberían estar incluidas en los códigos penales (imagino, como delitos). Una pregunta ingenua que parece algunos defensores de la homeopatía ven como un deseo evidente por parte de los escépticos. Pero la realidad es muy distinta. Pero tal como sostuve en Ask, penar las pseudociencias sería darles clientes de a gratis, gracias a que sus practicantes se convertirían en mártires de la represión del gobierno. La prohibición o la censura no son la opción, y para ser franco, nunca he visto que algún compañero escéptico haya afirmado lo contrario.
Algo que creo es importante que se debe hacer es sacar definitivamente a las pseudociencias (no solo psicoanálisis y homeopatía, hay muchas otras) de las universidades públicas, de los hospitales, de las secretarías e instituciones públicas de educación, desarrollo, medio ambiente, alimentación, y demás servicios sociales. O sea, sacarlas totalmente de cualquier parte donde los pseudocientíficos puedan jalar dinero del erario.
Luego de eso, con pseudopsicoterapias y pseudomedicinas, exigir que, si se van a vender desde el sector privado, que sea obligatorio primero demostrar bajo estándares controlados y rigurosos su efectividad para lo que dicen tratar o curar (esto es lo que ya se ha hecho con los productos milagro que se vendían en la televisión a media noche y entre comerciales en el día, pero falta extenderlo aún más). Si no son capaces de demostrar su veracidad y/o efectividad, deben estar obligados a que productos y servicios de este tipo tengan el correspondiente anuncio de "esto no está científicamente demostrado y es clasificado como pseudociencia" en letras rojas y grandes, algo así como los anuncios de "fumar es causa de cáncer" en las cajetillas de cigarros, ofreciendo sitios web con información clara y enlaces para que el público profundice por su cuenta. Eso sería un acto justo y honesto. Si luego de todo esto, una persona en pleno uso de sus facultades mentales decide usar una pseudoterapia, será única y exclusivamente bajo su responsabilidad. El Estado habrá cumplido su función de informar y mantener la información accesible a todos.

¿Nos tocará ver el día en que la homeopatía "se disuelva" a sí misma gracias a que por fin se haría un ejercicio de autocrítica interno? Lo dudo, pero se vale soñar.

Si un futuro como el que planteo es a lo que Vite-Flores llama "censura", definitivamente tenemos una definición muy distinta de este concepto. Luego está su afirmación de que la homeopatía es un campo científico que ha crecido exponencialmente. Lo que ha crecido exponencialmente es el negocio de la homeopatía con multinacionales que generan millones de dólares al año; esto por lo menos después de que se popularizara la homeopatía (junto con otras formas de esoterismo) en los países conquistados por la Alemania nazi. El auge de la homeopatía junto a otras pseudoterapias es innegable, y un problema de salud pública sin lugar a dudas. Pero no sé a qué se refiere Vite-Flores con que la homeopatía sea un campo que ha crecido exponencialmente si en 200 años de existencia no ha producido una sola teoría, una sola ley, un solo principio considerado científico, ni tampoco ha ayudado nunca a erradicar enfermedad alguna, paliar cualquier tipo de dolor más allá de los dolores psicosomáticos, ni ha servido para la prevención de enfermedades como sí que lo ha logrado la medicina científica. No hay un solo progreso en medicina preventiva, medicina del adulto mayor, pediatría, psiquiatría, neurología, virología, inmunología, patología, epidemiología o salud pública que se le deba a la homeopatía. ¿Dónde está ese campo científico que ha crecido exponencialmente?
Por último, este estudiante de homeopatía que, en mi muy humilde opinión (en base a todo lo ya dicho) creó un artículo lleno de sofismas y falacias, sugiere a su comunidad que se tengan en cuenta varios factores que causan problema dentro de la homeopatía, citándolos a manera de autocrítica:
"1. El constante ejercicio interpretativo del modelo médico configurado por el doctor Samuel Hahnemann, ya que no se da lectura, o sólo superficialmente, de la literatura original del mismo. 2. La relación directa de la Homeopatía con la metafísica, la teosofía o la religión que pretenden establecer algunos médicos homeópatas. 3. El dogmatismo con el que se practica la Homeopatía por una fracción mayoritaria del gremio. 4. La renuente negativa de incorporar la tecnología médica a la práctica clínica homeopática, como es el caso del laboratorio clínico, de gabinete y especializado para comprobar la efectividad terapéutica de la Homeopatía (medicina basada en evidencias, y no como medio de diagnóstico, como sucede en el esquema médico convencional). 5. El mercantilismo académico de la enseñanza homeopática mediante talleres, cursos y/o diplomados al público en general. 6. La existencia de legos en Homeopatía, que dictan discursos erróneos y equívocos sobre el planteamiento original del modelo médico homeopático. 7. Indirectamente, también contribuye la ferviente disputa por el poder de la dirigencia del gremio y de las instituciones médico homeopáticas."
Me encantaría ver que dicha sugerencia autocrítica se realizara dentro de la homeopatía, algo como lo que algunos homeópatas hicieron de forma individual, como Natalie Grams, quien de ser médico homeópata se volvió una de las principales denunciantes de esta práctica como pseudociencia en Alemania. Me encantaría ver sin duda que algo así se generalizara en la comunidad homeopática. Tal vez, si ese día llega, seremos testigos de cómo la homeopatía se termina disolviendo.
SI TE INTERESA ESTE TEMA
* "An intro to Homeopathy", artículo de Harriet Hall publicado en el sitio web del CSI.
* "Homeopathy: A critique of current clinical research", artículo de Edzard Ernst publicado en Skeptical Inquirer.

* "When sceptics (or skeptics) criticise homeopathy, they are often wrong", artículo de Edzard Ernst publicado en su blog.