Esclavizando en nombre de Dios

Publicado el 04 mayo 2010 por Gmobuelna

Un día en el paraíso Adán se encontraba revisando algunos principios de liderazgo y planeación estratégica. De antemano sabía que la población crecería y con ello la necesidad de controlarlos, o se arriesgaba a que el Edén se convirtiera en un infierno.

Como muchas veces, le preguntó al Señor su opinión al respecto y Dios le contestó que no se preocupara para algo que los hombres realizarían miles de años después, como todo lo veía y sabedor de lo que pasará hasta el último segundo de vida del Universo, le mencionó una palabra que Adán no entendió, pero imaginó que sería terrible: El Señor le dijo “Adán, algún día tus descendientes crearán las religiones bajo el pretexto de servirme y acercarse a mi, no te lo creas, por lo general será para servirse ellos mismos y exprimir a los menos inteligentes, recuerda que nadie necesita acercarse a mi en realidad pues ¿acaso no vivo dentro de cada uno de Ustedes, y de las plantas, las rocas y cualquier ser o elemento de la naturaleza?“.

Adán no entendió el mensaje en su totalidad, y en pocos día olvidó la palabra obscura que el Señor le dijo ese día en el Paraíso, ah, como nos ha hecho daño eso, el primer hombre sobre la tierra no dejo instrucciones para desterrar a las religiones.

¿A que viene todo esto?

Hoy que leo a Ciro Gómez Leyva en Milenio, nos platica sobre las mujeres explotadas por Maciel, personas que creyendo servir a Dios, se alejaron de sus familias, se alejaron del mundo en realidad y allá en lo recóndito de sus aposentos, se escondieron verdaderamente de Dios:

Sobrecogedor el trabajo de Eugenia Jiménez publicado ayer en MILENIO. La historia de las Consagradas. Al menos 900 mujeres “sonrientes, con buenos modales, de buena presencia y escasa formación profesional”, que desde la adolescencia entregaron su vida al Regnum Christi, la Legión de Cristo y el padre Marcial Maciel.

Viven, narra Eugenia, “sometidas a una esclavitud voluntaria que les impide opinar, tener amistades y las limita a estar con sus familiares 15 días cada siete años”.

Tienen que callar, darle dinero a la congregación, en fin. Ni los visitadores vaticanos sabían de su existencia. Supongo que los Autrey, Servitje, Slim, Ruiz Sacristán, Romo, Vázquez Raña, Gómez y Gómez, Senderos y muchos apellidos más que hace 13 años pelearon para defender la honorabilidad de Maciel e invalidar, si no es que denostar, los primeros testimonios que reconstruían con solidez los abusos sexuales del fundador y guía de los Legionarios, no dirán ahora que la historia de las Consagradas es otra exageración. Otro invento.

¿Cuántos casos parecidos conoceremos en las próximas semanas? ¿Qué eran en realidad los Legionarios de Cristo? Dieciséis hombres tienen todavía la posibilidad de responder esta pregunta antes de que las evidencias y testimonios los sigan despedazando: los directores, vicarios, secretarios y consejeros: Álvaro Corcuera, Luis Garza, Francisco Mateos, Michael Ryan, Joseph Burtka, Evaristo Sada, José Cárdenas, José Manuel Otaolaurruchi, Manuel Aromir, Rodolfo Mayagoitia, Leonardo Núñez, Scott Reilly, Julio Martí, Jesús María Delgado, Jacobo Muñoz y Sylvester Heereman.

Responderla antes, quizá, de que se extinga la Legión“.

¿Quien fue en realidad Marcial Maciel? ¿Que llama alimentó sus caprichos? Supongo que solo las del infierno…