Esclavos en Libia

Publicado el 14 abril 2019 por Carlosgu82

La esclavitud en Libia en el siglo XXI es un fenómeno que se a comprobado en el año del 2017, la cadena de noticia CNN  a mostrado imágenes de una subasta de hombres en Trípoli, Libia. Se trataba de personas de origen subsahariano, la mayoría son secuestradas en su ruta hacia Europa. La esclavitud en Libia era un secreto a voces, ya que las organizaciones de defensa de los derechos humanos había denunciado anteriormente las torturas, malos tratos y trabajos forzados que sufren los migrantes retenidos en país norteafricano.
En julio del 2017, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió que migrantes eran vendidos en los mercados públicos de esclavos de Libia. Al menos, 20000 fueron capturados por bandas criminales y llevados a centros de detención. Desde noviembre del mismo año se han reportado varios casos de secuestro de gente de raza negra causando indignación internacional.
Libia se convirtió en un pozo sin fondo para los imigrantes africanos que pelean por llegar a los países para embarcar hacia Europa en un viaje que a muchos les cuesta la vida. Realmente la venta de personas se lleva a cabo por medio de una subasta  en un lugar desconocido de Libia, por solo 400 euros por una persona.

Las críticas a las instituciones europeas por su gestión política de la inmigración complicidad con las directrices libias han llegado, entre otros muchos sectores, de la ONU. El alto comisionado critica que la UE e Italia estén ayudando a la guardia costera libia a interceptar embarcaciones cargadas de inmigrantes que se aventuran a alcanzar Europa y son detenidos y enviados de vuelta al país norteafricano.
Terrorismo, extrema violencia, anarquía, ingobernabilidad, intolerancia, luchas  fratricidas confesionales, corrupción y  pobreza, trágicas consecuencias de una  fementida liberación democrática foránea, caracterizan a la Libia de hoy, convertida .además, en mercado libre para la venta como esclavos de cientos de inmigrantes indocumentados y refugiados.
Este abominable tráfico de seres humanos, procedentes en su mayoría del África Subsahariana, monopolizado por las redes mafiosas que medran en Trípoli o Bengasi, ha sido denunciado reiterada, pero infructuosamente, por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y otras instituciones internacionales.
Esta mano de obra subastada, que no excluye a mujeres y niños,  se utiliza principalmente en la agricultura o la construcción, en un régimen de trabajo forzado y bajos salarios .En muchos casos, estos trabajadores son objetos de mal trato físico, represiones y hasta de asesinatos.
Desde fuentes gubernamentales les instaran a pedir el asilo, sabedores de los difíciles requisitos para conseguirlo, sabedores de que huyen de la guerra, pero no siendo ésta mediática o durando generaciones los consideraran migrantes económicos, siendo falso. El año pasado de las 31.738 peticiones de asilo solo se otorgaron el 1.9% y concediendo la protección subsidiaria a otro escaso 13.2 %.
La agencia de Naciones Unidas ha indicado que, hasta ahora, han recuperado cinco cadáveres, aunque 50 personas siguen desaparecidas. Los 125 inmigrantes restantes habrían sido rescatados, si bien la OIM no lo ha detallado en su comunicado.
La OIM ya denunció que 120 inmigrantes, en su mayoría somalíes y etíopes de unos 16 años de media, fueron arrojados al mar cuando se aproximaban a la región yemení de Shabwa, desde donde pretendían alcanzar otros países del Golfo. Unos 50 murieron ahogados.
La ONU estima que, desde que comenzó el año, unas 55.000 personas han abandonado el Cuerno de África para llegar a Yemen. Más de 30.000 de estos migrantes tendrían menos de 18 años, mientras que una tercera parte serían mujeres, según las estadísticas.