Esclavos invisibles. La trata de personas en México

Por Lparmino @lparmino

Indicativo fronterizo en Tijuana
Fotografía: Toksave - Fuente


Se considera que la trata de personas constituye en la actualidad el tercer negocio más lucrativo dentro del ámbito de las actividades delictivas transnacionales, sólo superado por el tráfico de armas y el de drogas. En esta misma línea también se ha constatado un aumento de esta práctica ilegal que preocupa tanto a nivel de las autoridades nacionales implicadas como a los expertos sobre la materia de los organismos internacionales. El pasado 19 de julio de 2012 se presentó el documental “Esclavos invisibles” para poner voz a esta lacra del siglo XXI gracias a la colaboración de UNICEF, de la cadena musical MTV y con la participación de Calle 13 haciendo especial hincapié en uno de los escenarios más concurridos en el tráfico y trata ilegal de personas como es América Latina. En este contexto geográfico, la peculiar situación de México, como punto de partida, tránsito y recepción de personas provenientes de esta actividad criminal, hace de este país uno de los focos más problemáticos; en concreto, el tercer país en América Latina.


En el año 2000, la Organización de las Naciones Unidas definía el delito de la trata de personas en los siguientes términos:
Por Trata de Personas se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño al abuso de poder o de situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación Sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o practicas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.

Lucha contra el narcotráfico en Michoacán
Fotografía: Diego Fernández - Fuente

Tomando en consideración la definición suscrita por la ONU, todos los expertos y analistas tienden a considerar tres aspectos fundamentales dentro del enunciado que delimita y tipifica la trata de personas: en primer lugar, la captación de la persona; en segundo lugar, cómo se produce esa captación, métodos que siempre suelen incluir, de forma más o menos explícita, el uso de diferentes tipos y grados de violencia; y, por último, el fin que se persigue, o dicho de otra manera, cómo se explotará a esa persona en cuestión (sexual, laboral o criminalmente o, incluso, en prácticas médicas no consentidas). En toda esta definición subyace, sin embargo, un cruel denominador común: la realización de uno de los delitos más execrables cuyo principio básico consiste en la eliminación total de los derechos más propios de la persona.

Ciudad Juárez
Fotografía: iose - Fuente

Méxicoresume muchas de las características que generan el caldo de cultivo adecuado para la proliferación de este tipo de delitos en su territorio. Como habíamos comentado más arriba, el país se convierte en punto de recepción de personas sometidas a estas prácticas vejatorias. Se ha constatado, por ejemplo, los casos de mujeres y niños sometidos a prácticas sexuales o a prostitución, especialmente en zonas turísticas donde confluyen visitantes extranjeros, sobre todo de los Estados Unidos, Canadá o Europa, y en ciudades fronterizas del norte. Pero también es punto de partida ya que en el país el peso de la delincuencia organizada es considerable y, evidentemente, estos grupos han constatado la potencialidad lucrativa de este tipo de actividades ilícitas. Por último, México forma parte esencial de las rutas migratorias que confluyen desde Sudamérica y desde Centroamérica hacia Estados Unidos. Las autoridades mexicanas han reportado numerosos casos en que los emigrantesson sometidos a la trata de personas (término que habría que diferenciar del tráfico ilegal de migrantes).
En cualquier caso, es fácil advertir que son los grupos más vulnerableslos que se ven sometidos a estas redes de trata ilegal: mujeres, niños, migrantes y jóvenes, todos ellos colectivos cuya explotación puede generar importantes ganancias económicas mediante la imposición de esclavitud sexual, laboral en el campo, en la construcción, servicio doméstico y otros muchos campos de trabajo, la mendicidad o la explotación y tráfico de órganos. Según los datos arrojados por el propio Gobierno mexicano, veinte mil niños son explotados sexualmente en el país.

Frontera entre EE.UU. y México, Tijuana
Fotografía: Tomás Castelazo - Fuente

La gravedad de la situación y la necesidad de articular medidas eficaces, en el ámbito jurídico, político y social, llevó a la firma el 13 de julio de 2012 de la Ley Generalpara Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia de las Víctimas de esos delitos. El propio presidente, Felipe Calderón, afirmaba sin tapujos que “La trata de personas es uno de los delitos que más ofende a la sociedad y que más daña la dignidad humana. Tristemente existen criminales sin escrúpulos que se dedican a secuestrar, robar, esclavizar jóvenes y niños, mujeres”, según la información recogida en la página Web de CNN México.
De forma anual, el Departamento de Estado de EE.UU. elabora un informesobre la situación de la trata de personas en el mundo. En el último, correspondiente al año 2012, se valoraron positivamente las medidas adoptadas en México aunque resaltando la insuficiencia de las mismas. Entre otra serie de recomendaciones, se insistía en la necesidad de articular mecanismos que impliquen la necesaria colaboración entre Gobierno y autoridades y la sociedad civil. En definitiva, diseñar todos los instrumentos necesarios y adecuados que superen las trabas que suelen existir en la burocracia mexicana para entorpecer al máximo la trata de personas hasta su total erradicación como componente básico del progreso de cualquier sociedad moderna.
Luis Pérez Armiño