Presta mucha atención a la película que traemos en esta ocasión. La historia parte de una base muy conocida: el clásico chico que conoce a chica. Él, un joven y dinámico surfista canadiense que llega a la costa colombiana para cabalgar las olas. Ella, una alegre y hermosa nativa. Ambos se conocen y surge el amor. Hasta aquí, todo normal. La cosa cambia cuando él descubre que su nueva novia es nada menos que la sobrina de un temible narcotraficante llamado Pablo Escobar. En ese momento comenzará una peligrosa aventura para un joven que se ve atrapado entre su amor y la necesidad de huir del mundo del cártel.
Así es como Escobar: paraíso perdido nos traslada a la Colombia de los años 80, en un contexto de guerra total entre el cártel de Medellín y el gobierno colombiano. La ambientación es espectacular, tanto por esos pueblos pequeños rodeados por un frondoso bosque como por la suntuosa hacienda de Escobar, que hace justicia al poder que este hombre llegó a acumular. Un paisaje de contrastes entre la riqueza y la pobreza que aún está muy presente en la Hispanoamérica de hoy.
El filme cuenta, además, con un buen reparto. Con Josh Hutcherson (al que ya conocéis por Los Juegos del Hambre) en el papel principal y, sobre todo, con un genial Benicio del Toro encarnando a Escobar. Si habéis visto alguna entrevista con “El Patrón” (así le llamaban sus secuaces), podréis disfrutar en su plenitud a Del Toro clavando cada gesto, cada expresión, cada muletilla del personaje real.
En definitiva, una película que, además de estar bien dirigida, nos proporciona un acercamiento a un hombre tan terrorífico como fascinante y a todo lo que significó la guerra contra el narcotráfico para el pueblo colombiano. No perdáis la oportunidad de verla.