Hoy nos ocupamos de una palabra de origen incierto que pertenece a la jerga náutica y marinera: escobén, una pieza de hierro fundido en forma de tubo colocada a ambos lados de la roda que sirve para dar paso y alojar la cadena del ancla...
El código de seguridad para pescadores y buques pesqueros, de la Organización Marítima Internacional, enuncia al respecto:
“Las anclas con un peso igual o superior a 150 kg. irán dentro de un escobén, patín o dispositivo similar que se pueda utilizar con rapidez y seguridad para dejar caer el ancla o levarla. Si el peso de cada una de las anclas es inferior a 300 kg. podrá aceptarse que solo una de las anclas vayan dentro de un escobén o patín. Las anclas también irán estibadas en su posición por medio de un dispositivo de bloqueo de trinca...”
Por su parte, en La isla: Tablas de un naufragio, obra póstuma inconclusa del escritor español Rafael Francisco Antonio Olegario Dieste Gonçalves (1899-1981) encontramos el siguiente fragmento a propósito de nuestra voz del día:
“…Todavía perplejo, realmente melancólico, Ulises se echo sobre su litera, las piernas fuera de ésta y ambos brazos prestando apoyo a la cabeza. Su pequeña cabina estaba en la proa y la luz del mar, entrando por un redondo ventanillo y en parte por el escobén, repetía la forma de las olas en el techo…”
Otro ejemplo literario, en esta ocasión del novelista argentino Roberto Emilio Gofredo Arlt (1900-1942) lo hallamos en este pasaje de El Criador de Gorilas:
“…y de pronto un grito agudísimo cruzó las aires sobre la superficie del mar; todos se miraron al rostro sin poder especificar de donde partía aquel grito; luego estalló otro más agudo cargado de horror, las cadenas rechinaban en los escobenes y ya no volvió a escucharse nada.
Las anclas entraron en el agua agitada; de pronto, un pescador que rondaba la nave con su botecillo exclamó.
-¡Una pierna sale por el escobén!...”
¡Hasta la próxima, marineros del diccionario abstruso! ;-)
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