Íbamos ya por las lunas de Júpiter cuando me di cuenta de que me había ido sin deciros donde estuvieron los nenes de "escoleta de estiu".
La verdad es que pensaba que con la primera entrada estaba claro, aunque después se demostró que no. Pues bien, si a la alfalfa, la paja y el heno del primer post le sumamos esta imagen, ya no hay lugar a dudas.
Así es, durante tres semanas asistieron a la escoleta del Poni Club de Castellón. Aire libre, campo y animales, lo que yo quería. No me apetecía que estuvieran encerrados en algún sitio, como he visto alguna escoleta, o que sólo jugaran en el patio del colegio.
Durante tres semanas han jugado y aprendido muchas cosas. Han montado en poni cada día, han aprendido a ensillar, a lavar a los ponis, a darles de comer, incluso han limpiado las caballerizas. Es decir, todo lo necesario para cuidar de los ponis y los caballos.
Les han explicado para que sirven las herraduras, como se ponen, han visto como es el trabajo de los veterinarios con los animales, etc. Han visto la cantidad de cuidados y responsabilidad que conlleva tener un poni y un caballo, y por extensión, cualquier mascota.
Como todo deporte, también tiene sus riesgos, como aprendimos con la caída de cangrejito, aunque como ya os conté antes de irme de vacaciones. Afortunadamente no se rompió nada y sólo fue el golpe. Cangrejín también sufrió una caída, pero no se hizo nada, será porque es de goma y ligero como una pluma.
A pesar de todo, han disftutado un montón de la experiencia y les dio mucha pena que se acabaran las tres semanas. Cangrejín es pequeño, pero estoy seguro de que cangrejito lo recordará siempre.
Como padre estoy contento, han salido de su zona de confort, han conocido gente nueva y hecho nuevos amigos, se han enfrentado a nuevos retos y los han superado, incluso el miedo a volver a caer. Creo que no puedo pedir nada más a una escoleta.