A pesar de su imponente aspecto, los escorpiones ibéricos son inofensivos. Su picadura es poco más dolorosa que la de una abeja o una avispa y salvo caso de alergia no provoca más perjuicio que un edema local. Sin embargo, son especies temidas que gozan de mala reputación, que al menos en nuestra latitud es infundada (la picadura de especies africanas si puede ser peligrosa).
Ese tarde logramos hallar dos ejemplares. El primero, el que podeis ver en las fotos, era el más grande de los dos y fue reconducido hacia su galeria despues de ser sometido a una sesión fotográfica. El color oscuro que veis sobre su cuerpo no es más que tierra que quedó depositada al salir de la galeria.
El segundo ejemplar es el protagonista del vídeo que os enseño a continuación. Aunque no resulta muy ético, lo incordié con un palito para demostrar lo inofensivos que son estos invertebrados. Creo que el fin divulgativo de la molestia mereció la pena. Podeis ver como el escorpión prefiere huir antes de hacer uso de su aguijón.
Agradecimientos al gran Alberto Rivero por ser un guía tan cojonudo, y por su amable hospitalidad.