Hace días escribí un post sobre la importancia de no perder la práctica de escritura a mano como ejercicio habitual y no sustituirlo en su totalidad por la escritura mecanografiada.
- Autoconocimiento: tod@s o casi tod@s hemos tenido en algún momento de nuestra vida un diario. Ese diario nos servía para poner en orden lo vivido a lo largo de días / semanas / meses / años… e ir tomando consciencia de tus pensamientos, intereses, ideas, reflexiones… o simplemente desahogarnos con un papel. Servía para reforzar esas ideas, para identificarnos con nuestras dudas y quizás en algún caso tomar alguna decisión.
En cualquier caso nos servía para conocernos a nosotr@s mism@s. El consejo en concreto sería recuperar el concepto “diario”, sobre todo si estamos pasando por una etapa complicada a nivel profesional / personal, el ejercicio de escribir diariamente qué es lo que nos ha pasado a lo largo del día nos sirve para identificar dónde está el foco de nuestra preocupación y quizás de forma ya más consciente convertir pensamientos negativos en positivos. El ejercicio de la escritura permite “reprogramar” nuestro cerebro (por lo menos en parte) cuando determinados pensamientos “les damos la vuelta” de forma consciente en nuestros diarios.
“Escribir cartas nos libera y permite a nuestro cerebro que exprese lo que siente.”
– Tomar perspectiva: ¿cuántas veces algo nos ha preocupado y hemos ido en el coche / tren/ autobús dándole vueltas a nuestra “lavadora mental”? ¿Cuántos de esos pensamientos / ideas se convertían en realidad o se llevaban a la acción o se hacía algo al respecto? Muchas veces esos pensamientos se transforman en emociones desagradables que hacen que nos paralicemos y nos preocupemos por cosas que no hemos “pensado” de forma objetiva.
Uno de los mejores trucos para gestionar esto es la “escritura automática”, cuando algo te preocupa, ponte delante de un papel con tu boli / lápiz y déjate llevar. Escribe todo lo que te venga a la cabeza sobre eso que te preocupa. Después, toma perspectiva haciendo una lectura de lo que has escrito, construye una lista de pros y contras… y seguro que para idear un plan de acción o de no acción ya tienes todas las herramientas / recursos delante de ti.
– Cerrar un duelo / cerrar un tema abierto / perdonar: en ocasiones hay emociones no expresadas que se “encapsulan”, se quedan dentro de nosotr@s. No las supimos gestionar en su momento y hoy por hoy nos impiden avanzar en algunos aspectos de nuestra vida. Puede ser el duelo de un ser querido, un perdón no expresado a alguien que ya no está cerca, cerrar algún tema abierto con alguien (algún enfado, decepción, tristeza…)… una de las cosas que ayuda a cerrar esos temas es escribirle una carta a esa persona en la que estamos pensando o está ligada a esa emoción. Luego decidiremos qué hacer con esa carta, pero para nuestro cerebro es de gran ayuda escribirla porque le permite “ejecutar programa”. Esas emociones encapsuladas ocupan “memoria” en nuestros cerebros, ocupan recursos a nivel mental, emocional y a veces hasta a nivel físico. Cuando escribimos esas cartas nos liberan y permitimos a nuestro cerebro que exprese lo que siente.
Eso sí, si elegimos NO hacer. Lo hemos elegido… sintámonos confortables con la elección.
De momento estos son unos cuantos usos de la escritura caligráfica…. Son algunos recursos que podemos utilizar y que están tan al alcance de nuestra mano como puede estar una hoja de papel y un boli / lápiz.
¿Qué os parecen? ¿Os animáis a escribir a mano?
Os espero para seguir compartiendo usos y recursos de la escritura caligráfica, en este caso para sus beneficios a nivel social / profesional.