Cuando era pequeña es verdad que nunca dije que quisiera ser escritora, pero no sé si era porque no quería o por otros motivos. Lo cierto es que escribo desde que aprendí a coger un lápiz. Hacía cuentos (horribles) con dibujos (todavía peores) y estaba muy orgullosa mientras lo escribía, y cuando lo terminaba, y mucho tiempo después.
No, creo que no es que no quisiera. Siempre me ha encantado escribir. Empezar con cuentos, seguir con fanfics, empezar a introducirme en el mundo que poco a poco fue siendo la cuna de todas las novelas de Athalia’s… amé cada paso, y lo sigo haciendo.Creo que no decir que eres escritor, creo que pensar que escribir no es tu trabajo, no depende de si lo sientes así o no… sino que depende del condicionamiento social.Verás, es un hecho que socialmente escribir no es un trabajo. Ser periodista sí. Ser columnista. Pero ser escritor como tal, uff… No. Bien que oímos muchísimo eso de que escribir no da para comer, y si no da para comer, no es un trabajo.Hay mucha presión respecto a eso, sobre hacer algo productivo con tu vida (algo que no es, y nunca será, artístico). Ni escritores ni pintores ni poetas se ganan la vida con el arte, eso es un hecho, y quien lo niegue vive en las nubes.Pero, ¿sabéis? He crecido. Ya no soy una niña que ni siquiera piensa en decir que su trabajo es escribir, sencillamente porque nadie “trabaja de eso”.Soy escritora.Puede que no viva de ello, pero sí es mi trabajo, y lo adoro. Si tengo que hacer otra cosa para ganarme el pan, pues así sea, pero sigo siendo escritora.Así que sí, yo creo que escribir es un trabajo. Y es un trabajo muy serio.
Hace poco vi a una amiga escritora (hola, Bry) hablar de ello en Facebook. Desde entonces le he estado dando vueltas.