Escribir o no escribir es cuestión de ganas, no de horarios...

¿Sabéis ese momento en el que cuando uno está dormido y se encuentra en medio de una pesadilla, de repente, se despierta exaltado? Bueno, hace un par de días me pasó algo parecido pero mentalmente y mientras estaba despierto. Suena muy extraño y probablemente está explicado de manera que solo yo lo entiendo, pero enseguida lo comprenderéis.

Durante este último mes y probablemente parte del anterior, la verdad es que no he hecho el cálculo, he estado algunas semanas ignorando mi horario de publicación. Con esto me refiero a que ya no está siendo una operación matemática el tener una entrada nueva cada sábado. Tiene dos explicaciones muy fáciles, que no son excusas, pero si espero que os parezcan un buen justificante. La primera, como no, los estudios... y la segunda, por fin, los carnavales. Aunque estos últimos ya han terminado son ahora las obligaciones escolares las que atacan con fuerza dado que se acerca el final del trimestre.

Metiéndome un poco ya en el grano, estas dos razones muchas veces no me han hecho dejar de escribir pero si me han hecho escribir sin ganas, casi por obligación, por cumplimiento, por deber... ¡Y pum! me llegó esa sensación que os comenté al principio. Sentí que la bajada de nivel a la que estaba acostumbrando a mi blog era la pesadilla y el momento de decidir que era el final de la mala racha es el despertar exaltado. Escribir sin ganas es algo tan sumamente feo. Es un adjetivo muy simple para describirlo, pero no hay otro mejor. Creo incluso, que el lector de una manera o de otra lo debe notar. No son mis ideas o mis sentimientos los que teclean las palabras como de costumbre o como ahora, sino una equivocada idea de constancia que me hace creer que un hobby como es este debe llevarse a cabo con un cumplimiento estricto y planificado al igual que un oficio. Por eso, entradas como la de recomendación cinematográfica o la de mis frases en imágenes me hacen sentir poco orgulloso de ser su autor, porque aunque CREO que ninguna tiene fallos graves, son las que he hecho una por obligación y otra sin ganas y aburriéndome, respectivamente. 

Como muchas reflexiones que tomamos en nuestra vida, para llegar a ella hay una gota que colma el vaso. En mi caso fue la entrada que subí este pasado sábado de la cual me arrepentí y borré. Son pocos los artículos que he borrado de mi blog, solo os digo que aunque creo que esta no es la única ahora mismo no se me viene ningún otro a la mente. Me di cuenta, al ser la entrada a la vez un trabajo para clase, que no me sentía a gusto con que formara parte de mi blog. El problema no era que fuese un proyecto escolar, porque la de la independencia de Cataluña, la literatura del futuro o la caja de basura también lo fueron y me encantan. El problema es que esta de la que os hablo era algo aburrido, que aunque contenía toques curiosos, no convencía al lector más importante, a mi.

Por eso ahora, una vez bien despierto y despejado de la pesadilla,  he decidido que no volverá a haber rasgos de obligación o rutina en mi escritura. Es por esto por lo que elimino el horario de publicación antes establecido los sábados cambiándolo ahora a los días que me de la gana. La media sera de una entrada semanal, puede haber más o puede, en ocasiones especiales, no haber ninguna. Aprovecho este párrafo dedicado a los cambios del blog para anunciar que pronto crearé la pagina de facebook de alvaro-pascual.com como motivo de su décimo mes de actividad. Sin duda todo un orgullo para mí. Gracias por leerme, espero que os haya gustado y si es así, comenten y difundan.