Supongo que, como tú mismo, cada principio de año reflexiono sobre mis propósitos personales para el nuevo año que empieza! También es posible que hoy me sienta un tanto removido por los acontecimientos de mi vida durante estas fechas navideñas! La cuestión es que ahora mismo pienso si seguir o no escribiendo en este Blog lo que pasa por mi cabeza y mi corazón, o sobre cómo desearía que fuera mi vida, ahora que pretendo realizar los cambios necesarios para ser cada día más feliz, deshaciéndome de todo aquello que no me enriquece o que molesta mi paz y mi amor!
De nuevo y una vez más me pregunto para qué y para quién escribo este Blog. A ratos pienso que lo hago para mí mismo, para recordar todo eso que hay en mi interior y seguir los designios que mi Alma propone, lo que no es siempre fácil, acostumbrados como estamos a vivir solo lo exterior y cotidiano de nuestra vida! Pero, en otros momentos, pienso que escribo para los demás, para quien me lee y ve en mis palabras un ejemplo no para seguir, sino un modelo de felicidad que, aunque a ratos parezca costoso, siempre es posible! En otros momentos, quizás mi mente me intoxica y pienso que, escribiendo como escribo sobre mí, estoy intentando demostrarte cómo soy para conseguir tu atención o que actúes de una determinada forma conmigo…
Pero también pienso que, habiendo aprendido a demostrar lo esencial mediante el silencio o la expresividad de una mirada, las palabras no hacen más que entorpecer y son un peligro, pues invitan a la mente a juzgar lo que ellas significan en un contexto diferente al emocional, según cómo y cuándo se leen. Cada día más creo que la mente es la gran enemiga del ser humano, cuando la dejamos mandar y dominar nuestra vida! El miedo y la huída de nuestras emociones son su más inmediato resultado y, dicho sea de paso, lo que nos priva de nuestra felicidad!
Intentar explicar sin miedo, solo con palabras escritas o habladas todo aquello que sentimos es siempre una tarea difícil y, en cierta manera, peligrosa! Uno siempre tiene la sensación de que se le juzga por lo que dice, más que por lo que silencia o demuestra con sus hechos y actitudes! Con el tiempo aprendí que una mirada es siempre más expresiva, auténtica y menos interpretable por la mente. Y seguramente, pienso ahora que, aunque expresarlo con palabras es un acto en sí de firmeza y de valentía, lo más esencial de nosotros mismos, de lo que sentimos o de los motivos para actuar de una determinada forma, nunca podrán ser transcritos en su autenticidad por alguna forma de expresión que no sea una mirada sincera o un abrazo tierno, que siempre llegan al corazón!
Ahora mismo no sé, como te decía, si seguiré por mucho tiempo escribiendo este Blog y si tendría valor de dejar de hacerlo. Para mí escribir es una terapia infalible para vaciar mi corazón de todo lo que hay en él, ya sean emociones vividas, otras por vivir o quizás solo dejar patentes mis sueños de felicidad! Pero siempre podría volver a escribir solo para mí, sin espectadores, sin lectores que me juzguen y actúen solo por las palabras escritas! Quien quiera saber de mí, mejor dedique su tiempo a conocerme personalmente y se dará cuenta de que dentro de mí hay mucho más, imposible de reflejar en solo palabras, música o en las fotografías que publico junto a mis textos del Blog.
Hoy no lo sé. Seguiré reflexionando. Quizás -pienso ahora- que el mundo solo virtual tiene ventajas e inconvenientes, como todo en la vida, pero al fin y al cabo no sustituye nunca a la vida real. Si, además, como yo estoy intentando cada día, he hecho un esfuerzo por expresar y vivir lo que siento, ya sé que todo lo esencial se dice con tan solo una mirada!
¿Escribo para mí o para ti, aunque no siempre me leas? ¿Escribo para vaciar o para llenar? ¿Escribo para no ser olvidado? ¿Escribo para llegar a tu corazón y abrirlo? ¿O para que tu mente me interprete, sin juzgarme? ¿Llego efectivamente al corazón o lo más importante de él se pierde entre las letras? ¿Escribo para llamar tu atención, porque me gusta exhibir lo que siento o para demostrarme a mí mismo que soy firme con ello y que está en juego mi felicidad? ¿Escribo para mantener eterna una presencia o para que la memoria no disuelva una, a ratos, dolorosa ausencia? ¿Escribo solo cuando mi vida me distrae y no me permite escuchar mi corazón, que no entiende de tiempo, de distancia ni de ausencias? ¿O cuando escribo estoy hablando en voz alta conmigo mismo y, de paso, sepas lo que hay en mi corazón y me quieras por lo que soy? ¿O será solo porque, a veces, tengo miedo al silencio?
Como dijo álguien, hablar o escribir sobre el amor, la libertad… la vida y todo lo esencial en ella es limitarla! Quizás es mejor vivir la vida… y dejar de solo soñarla con palabras!
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