Escribir una biografía

Publicado el 31 octubre 2019 por Carlosgu82

Escribir una biografía, en principio, no es un proceso muy difícil. Se trata de una narración histórica sobre la vida de una persona. Donde parte de la información imprescindible a incluir son las diferentes etapas de desarrollo del personaje, los nombres de sus ascendientes y descendientes, sus capacidades, sus éxitos y su trascendencia en el momento y lugar donde vive o vivió.

En contextos concretos, las biografías profesionales necesitan cierta formalidad, sin embargo, siempre, ha de ser redactada de manera que resulte fácil de leer, amena y, a poder ser, conversacional. ¿Qué significa esto? Simplemente que hay que olvidar la dimensión tradicional, donde se enumeran los logros como algo forzado y automático, acumulando demasiados términos profesionales. Porque así solo se consigue que los lectores sufran fatiga informativa. Se trata de captar su interés en la primera línea, o se aburrirán rápidamente.

Está claro que escribir una biografía suele ser un desafío entretenido donde contar la vida de una persona para que los lectores la conozcan mejor. Por eso, es imprescindible investigar y entender mejor a esta persona. Es fundamental a la hora de comenzar con el proceso de escritura, ir revisándola hasta que quede correcta.

Se trata de un género histórico que abre un variable panorama ante diferentes contextos significativos observados y vividos por un sujeto a lo largo de su vida. Siempre en el contexto de su medio histórico, cualquiera que sea. La biografía requiere profundizar exhaustivamente en las fuentes con total calado, es como mirar al pasado desde una perspectiva cercana, pero también saber plasmarla conforme a los mandatos de la realidad social actual.

Conforme el biógrafo se va acercando al personaje y a su tiempo, irá pensando, al mismo tiempo, cómo ir organizando la biografía.

1. Para empezar, hay que conseguir toda la información que se pueda sobre el personaje elegido para la biografía. Esto se puede hacer con entrevistas, si la persona elegida está viva, o a través de familiares o gente que le haya conocido, si ya ha fallecido. Al margen, por supuesto de todos aquellos referentes biográficos previos que existan sobre ella. Esta primera etapa es un arte en sí mismo. No es fácil conseguir esta información que se busca. Además es necesario ir dando una cierta forma a toda este material acumulado. Contarlo cronológicamente puede resultar un tanto pesado para el lector.

2. El tema. Ya hay un personaje, y la suficiente información acumulada para empezar la historia, pero ahora hay que enfocarla hacia un tema determinado, es decir, darle un contexto diferente, original, porque puede que ya haya otras biografías de este personaje y se trata de conseguir un manuscrito inédito. ¿Una historia sobre la emigración del protagonista? ¿Sobre las injusticias que ha sufrido? ¿Sobre el poder que ha conseguido? ¿Sobre sus amores? Es interesante plantear sobre qué se quiere escribir en esta historia. Sacar ese factor potencialmente activo y valioso de su vida que conmueva o diga algo.

3. Identificar el climax. ¿Cuál es la escena clave sobre la que se asienta la obra? Esto se conoce cuando se tienen todos los datos. Para ilustrarlo, y no tiene por qué respetarse el orden cronológico, se puede, por ejemplo, llevar el climax al final, exponiendo la escena como un flashback en la mente del personaje.

4. El empleo de las retrospectivas. Estas ocurren al abandonar el presente y evocar el pasado. Se empieza con un momento actual y se pasa a una escena del pasado. Lógicamente se pueden incluir capítulos que se centren en el presente y capítulos que aborden el pasado, alternándolos según lo vaya demandando el desarrollo de la redacción. Por descontado, estos viajes al pasado deben llevar igual número de detalles reales que los hechos del presente. Para esto es esencial contar con esos apuntes previos de la investigación realizada o de las entrevistas llevadas a cabo, así se forja una idea clara del pasado que permite elaborar esas retrospectivas tan importantes y necesarias.

Un ejemplo muy didáctico es pasar de la muerte en el presente del personaje, a una retrospectiva sobre algún recuerdo importante de su infancia.

5. Los objetivos importantes. Aquí podrían comprenderse los matrimonios, nacimientos o muertes que hayan acontecido a lo largo de su vida. También se pueden incluir objetivos tales como el primer negocio de éxito o la primera gran experiencia del personaje. Es muy interesante hablar de los momentos clave de su vida, porque de esta manera el lector tiene una percepción más clara de lo que de verdad importa para esta persona y de qué manera ha podido esto influir para haber llegado a ser quien es o ha sido en el mundo.

Por ejemplo, centrarse en una sección sobre sus contribuciones o participación en asuntos importantes en su entorno natal.

6. Un patrón importante que se repite en su vida. Todas las personan, sin excepción, siguen un patrón determinado en su día a día, algo que les caracteriza, que les define. En la investigación previa, donde se han recogido todos los detalles significativos, es fácil identificar entre los acontecimientos, situaciones recurrentes en la vida del personaje que lo hacen diferente al resto, estos son los patrones que interesan para testimoniar su idiosincrasia.

Un claro ejemplo, podría ser un patrón determinado en los momentos de adversidad, donde se haya esforzado o combatido de cierta manera característica. Este tema puede ser después usado en el cuerpo de la biografía como una manera singular de vencer la adversidad.

7. Opiniones y pensamientos propios sobre el personaje. Como biógrafo, es imposible no tener un papel esencial en la historia que se narra. Es ineludible escribir los propios pensamientos sobre los hechos vividos de la persona de que se habla. Y es muy recomendable hacer una reflexión ateniéndose a los datos de la investigación y comentar lo que se opina de él.

Es razonablemente sensato encontrar similitudes entre su vida y los propios intereses sociales, familiares, políticos o económicos, por ejemplo. Y se puede y se aconseja elogiar o discrepar de su trabajo y su impacto en la sociedad.