Ilustración Josée Bisaillon.-Elena Medel-Escribiré quinientas veces el nombre de mi madre.Con un vestido blanco trazaré cada una de sus letras por lasparedes de mi dormitorio, por el suelo del patio delcolegio, por el pasillo de la casa más antigua. Pararecordar mi origen cada vez que yo viva.En todos los lugares podré besar sus mejillas limpias decristal, aunque ella duerma lejos:sus mejillas cercanas que me dolerán allá donde acariciesu nombre escrito.Tantos días, tantas noches habrá de alimentarmeamorosamente con su parábola descalza;vendrá mi madre a arroparme, mujer de humo, con los ojostiritando de suerte,y en cada sueño mis apellidos dolerán como un cartel debienvenida a un hogar diferente.Sobre mi cabello, rubio como el de mi madre, la corona queme ciño como hija primogénita de Dinamarca.Me llamaré Vacía, en honor a mis muertos; miraré cómoretozan de acrílico las palmas de mis manos, sangrarámi lengua a disposici6n de mis muertos.Gritaré quinientas veces el nombre de mi madre para quienquiera escucharlo, y escribiré que bendigo este mediocorazón en huelga mío, pues no olvido:nací para llorar la muerte de otros.