Escritores! ¿Aceptáis este reto?

Publicado el 24 octubre 2014 por Martaconejo
Hola a todos, lectores y lectoras!!
Como ya os he dicho, apenas puedo escribir aquí porque la Universidad es como una pareja obsesiva: no me suelta. Aún así, pese a que apenas puedo escribir reseñas o hacer grandes entradas, se me ha ocurrido compartir con vosotros mi ejercicio literario, el cual empecé en verano y que he tenido que abandonar parcialmente por culpa de los estudios. Sobre todo se lo dedico a escritores que quieran practicar o que crean que están bloqueados. A los que no escriban, ¡Animáos! Es divertido y hacedme caso, no es necesario pensar más de lo necesario. Este ejercicio consta de escribir un relato corto, de una o dos caras como máximo. Muchas veces da lugar historias largas, pero eso es a gusto del consumidor. Eso sí, nos vamos a poner barreras. Cuando hablo de barreras me refiero a impedimentos, haciendo que la escritura no sea totalmente libre. Lo primero que haremos será coger un diccionario. Yo utilizo mi diccionario de ideas afines, pero podéis usar cualquier cosa que tenga palabras. Ahora, abrid por cualquier página y coger una palabra. Apuntadla y hacerlo tres veces más. Ahora tendréis cuatro palabras random que seguramente no le veis ninguna lógica...O si sois escritores, habréis comenzado a crear una historia en vuestra cabecita. El reto es que escribáis esas cuatro palabras en el texto: si son verbos, pueden ir conjugados como queráis... pero la cosa es que tienen que aparecer. Yo las utilizo sin necesidad de que sean el tema principal, simplemente que salgan. Escribir sin pensar. Muchas veces he tenido que detener la historia y romper la hoja, comenzando de nuevo porque apenas tenía ni pies ni cabeza. Pero eso es lo que vamos a entrenar. ¿Consejo personal? hacerlo todos los días y lejos de un ordenador. Yo lo hacía a máquina de escribir, pero se puede hacer a mano. Luego los guardas con las palabras que has usado y ya veréis qué bonito. Espero que os animéis y me contéis vuestra experiencia!!Un abrazo lector, Marta Conejo