Insisto: ha sido un privilegio y un gran placer, y les puedo asegurar, sin temor a equivocarme, sin exagerar en nada, que ellos y ellas me han aportado muchísimo más de lo que yo les he podido aportar. Y es que durante una semana he tenido la oportunidad de volver a zambullirme, reencontrarme, con la Literatura, con la magia de las palabras, en su estado más esencial, más emocional, más puro, en definitiva. Con el paso de los años, los títulos y las circunstancias, el escritor va cubriendo su esencia de otras pieles, que en la mayoría de las ocasiones son más un lastre que una evolución. Los dictados de las editoriales y críticos, el dinero y los intereses, las relaciones más o menos desvirtuadas, las luces y las sombras, el negocio y las hipotecas, van ocultando, incluso enterrando, a ese escritor que un día fuimos, o pretendimos. Ese escritor abrazado a la pasión, a la magia, a la febril pulsión, a la necesidad por expresarse por encima de todo, que he vuelto a descubrir durante la pasada semana en el Albergue Juvenil de Algeciras, frente al Peñón, frente a África, tan cerca y tan lejos, al mismo tiempo.El Día de Córdoba
Insisto: ha sido un privilegio y un gran placer, y les puedo asegurar, sin temor a equivocarme, sin exagerar en nada, que ellos y ellas me han aportado muchísimo más de lo que yo les he podido aportar. Y es que durante una semana he tenido la oportunidad de volver a zambullirme, reencontrarme, con la Literatura, con la magia de las palabras, en su estado más esencial, más emocional, más puro, en definitiva. Con el paso de los años, los títulos y las circunstancias, el escritor va cubriendo su esencia de otras pieles, que en la mayoría de las ocasiones son más un lastre que una evolución. Los dictados de las editoriales y críticos, el dinero y los intereses, las relaciones más o menos desvirtuadas, las luces y las sombras, el negocio y las hipotecas, van ocultando, incluso enterrando, a ese escritor que un día fuimos, o pretendimos. Ese escritor abrazado a la pasión, a la magia, a la febril pulsión, a la necesidad por expresarse por encima de todo, que he vuelto a descubrir durante la pasada semana en el Albergue Juvenil de Algeciras, frente al Peñón, frente a África, tan cerca y tan lejos, al mismo tiempo.El Día de Córdoba