Escritores por encargo (parte I)

Publicado el 13 octubre 2015 por Griselrnunez

No sé cuántas veces me han preguntado si es posible ganar dinero con la escritura. Siempre respondo que sí, que yo vivo de eso (o al menos es uno de mis ingresos), pero para lograrlo se requiere profesionalismo, tiempo y dedicación. De alguna forma se generan malos entendidos...
Los cantantes escriben sus canciones. Los periodistas escriben los artículos que publican. Los youtubers escriben un guion para dejarse llevar cuando están grabando. Y sabemos que hay canciones malísimas, artículos vergonzosos y vídeos mediocres. Porque probablemente el primero sabe cantar, el segundo sabe entrevistar o investigar, y el tercero sabe grabar y editar vídeos; pero no son escritores, no dominan el arte de la palabra, así que convierten su producto en una porquería. 
A pesar de todo, escriben. O de lo contrario buscan quién les escriba. Pero esto es solo un ejemplo. ¿No crees que hay muchísimas otras personas que no tienen el tiempo o las capacidades como para escribir algo? ¿Acaso no has pensado en todas las empresas que buscan personas externas para que redacten sus textos? 
Si tienes el don de la palabra, puedes generar ingresos convirtiéndote en un escritor por encargo. Y si no te interesa ganar dinero (o todavía no tienes todas las herramientas lingüísticas necesarias), siempre puedes convertirte en un creador de contenidos. 
Y aunque podemos enfocarnos en la ficción, prefiero centrarme en los escritores no literarios. Así que desde ya te advierto que esta entrada es el inicio de varias en las que desarrollaré el debate de los escritores por encargo. :) ¿Quieres sabes más al respecto? 
Hay varias formas de llamarlos: creadores de contenido, escritores fantasmas, escritores por encargo, escritores negros o escritores sin firma. Que cada uno se titule como desee. El punto es que todos son domadores de la palabra. Tienen la habilidad de escribir un texto según las pautas (tema, extensión, género, etcétera) que les hayan dado. Venden su trabajo y se desligan del texto, el que la mayoría de las veces es presentado con el nombre de quien pagó. 
¡Y no te sorprendas! Muchísimas novelas se están publicando actualmente con el nombre de un autor (porque este ya es reconocido y vende), cuando en realidad el escritor fue otro, el cual jamás vendería por sí mismo una obra por razones tan diversas como su nombre corriente, su lugar de procedencia o hasta su físico. 
Y que tampoco te angustie la realidad. El cielo no se tapa con las manos, esto sucede y seguirá sucediendo porque la industria editorial es una empresa, y porque el libro, quieras o no, es un producto que entra a un mercado demasiado competitivo. Pero prefiero no entrar en más detalles al respecto, que me salgo de tema. :) 
Muchos dirán que esto es plagio, ¡y no lo es!, pues se obtiene el permiso del escritor para publicarlo con otro nombre (recuerda que no es lo mismo el derecho patrimonial que el moral). Otros dirán que el escritor está prostituyendo su arte, ¡y tampoco es así!, porque puede que lo vea como un trabajo remunerado, tal cual lo hace un locutor, por ejemplo. Y los demás dirán que es un engaño, una estafa, ¡y aquí ya no lo refuto!, pero tampoco es tan así… 
Cortázar dijo: «El criminal es el que paga al escritor fantasma y firma el libro, no el pobre hombre que luego de quemarse los ojos para aprender el oficio de escritor tiene que trabajar por 1 euro la hora (o 100, me da igual) para una persona que está engañando a todo el mundo». 
Es obvio que todo lo que he escrito hasta ahora generará debate, y ya lo veré en los comentarios. Mi objetivo con esta entrada es presentarte el tema y saber qué opinas al respecto, pues este es solo el comienzo. 
En una próxima ocasión voy a presentarte las características de este tipo de escritura, y a intentar que no veas a las personas que se dedican a esto como novelistas o poetas frustrados, porque no lo son (o al menos yo no lo soy y tampoco ninguna de las personas que conozco). Al contrario, son profesionales de la palabra que se toman muy en serio su trabajo y que están orgullosos del mismo, y que en la mayoría de los casos escriben textos no literarios (aunque estos sí tengan un montón de recursos que se utilizan en la ficción). 
Y hasta aquí lo dejo. Comienzo a tantear los ánimos: ¿qué opinas de la escritura por encargo?, ¿de las personas que se dedican a esto?, ¿de los que pagan por el servicio?