Hoy me gustaría hablar sobre los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad que han decidido dar el salto y escribir novela policiaca. Y es que no creo que haya nadie mejor para escribir sobre crímenes y maleantes que quienes conviven con ellos a diario, sabiendo a ciencia cierta de lo que hablan y sin dejarse contaminar por la realidad distorsionada que acostumbran a reflejar los libros, las películas y las series de ficción. No digo que no se pueda hacer, ojo. Es perfectamente lícito retorcer la realidad y adecuarla a la ficción si con eso se consigue un texto verosímil y un argumento de calidad, pero hay que reconocer que una buena trama gana muchos enteros si lo que se cuenta en ella sobre procedimiento policial es veraz y posible. La mejor historia, a mi entender, es aquella que más se asemeja a la realidad. Es el caso de Pere Cervantes, escritor y subinspector de policía en Castellón. Su última novela se titula No nos dejan ser niños (Ediciones B) y cuenta la investigación del asesinato de varias ancianas en la isla de Menorca. La protagonista, la agente María Médem, refleja de forma fiel la figura del investigador actual y su lucha diaria por separar su vida personal de la profesional. Una trama extremadamente realista y bien contada de un autor al que conviene no perder de vista.
Hoy me gustaría hablar sobre los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad que han decidido dar el salto y escribir novela policiaca. Y es que no creo que haya nadie mejor para escribir sobre crímenes y maleantes que quienes conviven con ellos a diario, sabiendo a ciencia cierta de lo que hablan y sin dejarse contaminar por la realidad distorsionada que acostumbran a reflejar los libros, las películas y las series de ficción. No digo que no se pueda hacer, ojo. Es perfectamente lícito retorcer la realidad y adecuarla a la ficción si con eso se consigue un texto verosímil y un argumento de calidad, pero hay que reconocer que una buena trama gana muchos enteros si lo que se cuenta en ella sobre procedimiento policial es veraz y posible. La mejor historia, a mi entender, es aquella que más se asemeja a la realidad. Es el caso de Pere Cervantes, escritor y subinspector de policía en Castellón. Su última novela se titula No nos dejan ser niños (Ediciones B) y cuenta la investigación del asesinato de varias ancianas en la isla de Menorca. La protagonista, la agente María Médem, refleja de forma fiel la figura del investigador actual y su lucha diaria por separar su vida personal de la profesional. Una trama extremadamente realista y bien contada de un autor al que conviene no perder de vista.