Escucha a los que saben: frases de grandes campeones

Por Rafael @merkabici

Seguimos aquí contándote algunas de las frases más legendarias y que más pueden hacerte reflexionar pronunciadas por grandes campeones o por personas muy ligadas al mundo del ciclismo. Porque sabemos que a veces en esas largas jornadas de entrenamiento tienes tanto tiempo para pensar que una de estas reflexiones te va a venir genial...

Ser o no ser Merckx. Esa es su cuestión.

Maurice Vidal ha sido, posiblemente, el mayor periodista especializado en ciclismo de la historia de Francia. Miembro del Partido Comunista Francés y director durante daica y existencial. Por eso, por todo eso, es tan interesante su figura. pero de la enfermedad ideal para el gran campee las haécadas del fabuloso Miroir du cyclisme, sus editoriales estaban siempre prendadas de una rara originalidad y un punto de lirismo que las hacía imperdibles. Y fue, claro, uno de los testigos en primera persona del fenómeno Mercks, ese enorme campeón surgido aparentemente y sobre todo de sus inmensas ganas de vencer. En otras palabras de su incapacidad patológica para aceptar la derrota. Porque Mercckx era, sobre todo, un enfermo, pero de la enfermedad ideal para el gran campeón ciclista: el miedo a perder, a decepcionar. Por eso Maurice Vidal atinó proponiéndolo en una praxis metafísica y existencial. Por eso, por todo eso, es tan interesante su figura.

Ningún instrumento mejor que la bicicleta conozco para educar a un joven.

Toulouse Lautrec no solamente es uno de los artistas más destacados de las primeras décadas del siglo XX, uno de los creadores de esa bohemia parisina que con centro en Montmartre iba dibujando en cada madrugada nuevas creaciones que fueron dibujando el futuro del Arte. Era, además, un gran aficionado al ciclismo, amigo de varios ciclistas, reportero que acompañó a una selección francesa a competir en los velódromos de Gran Bretaña y un habitual del mítico velódromo Buffalo, que se convirtió en un centro de le ápoca tanto para los aficionados a la bicicleta como para los grandes crápulas del Arte, que dormitaban en sus gradas esperando a que llegase de nuevo la noche. Pero Toulouse Lautrec siempre estuvo agradecido a la bicicleta, quizás porque ésta le permitía superar sus adversidades físicas y ponerse a la altura de sus amigos. Por eso siempre que hablaba de ella lo hacía con verdadero cariño y dejó escritas frases tan hermosas como la de arriba. Porque, realmente, ¿quién puede conocer un instrumento mejor que la bicicleta, con todas sus connotaciones de esfuerzo y superación, para educar a los más jóvenes?

Me duelen las piernas pero mi trabajo es precisamente que me duelan.

El gran sprinter alemán Marcel Wust dejó con esta frase una sentencia para la posteridad sobre lo que supone ser ciclista. Y es que, realmente, el trabajo de los ciclistas es que sus piernas duelan. Ojo, el de los cicloturistas es disfrutar encima de una bicicleta, pero el profesional es otra cosa, otro nivel. El mismo Laurent Jalabert, otro de los profesionales más honestos e inteligentes de los noventa, a la pregunta de qué era para él el ciclismo dejó esta paradigmática respuesta: es como si metieras los dedos en el resquicio de una puerta y la cerrases con todas tus fuerzas. Cuanta más violencia emplees mejor ciclista serás. Ese momento en que tu cabeza te dice, forma lógica, que te detengas, pero tus piernas te llevan más allá, siempre un poco más allá. Tus piernas o tu corazón...seguro. Eso es ser ciclista. Eso y que te duelan los músculos...