Escucha el nuevo disco de Zahara: PUTA

Por David Gallardo @mercadeopop

Zahara publica este 30 de abril su nuevo disco: PUTA. Honestidad, sinceridad, crudeza y liberación en unas canciones en las que la artista busca y profundiza en lo más profundo de sí misma.

"Quería hacer un disco con el que, solo con leer su título, sintieras la incomodidad con la que tenemos que vivir nosotras. Que hablara de esas historias de dolor y culpa. Lo que no sabía ni esperaba es que acabaría contando la mía propia", plantea.

Y prosigue: "Que al empezar a abrir y quitarme las capas de protección llegaría a algo terrible, a algo oscuro y dañado que mostrar al mundo. Que acabaría exorcizando mis demonios, exponiendo mis manchas negras a la luz, dejando que se vieran mis imperfecciones".

Así, Zahara apunta que al ir adentrándose en cada canción de PUTA "ahondaba" a su vez más en sus propias "grietas". "Me sumergía más profundamente en ellas, vomitaba más rabia, más miedo y eso hacía que se alejara la vergüenza", remarca.

"Cada una me hacía más libre. Como cuando escribía mis primeras canciones en la seguridad de mi cuarto y podía ser la niña que durante unos minutos no le tenía miedo a la vida", rememora.

HERIDAS QUE SUPURAN

Zahara subraya que PUTA está "lleno de lugares incómodos. Desde su nombre a su portada, desde las propias canciones a cómo está cantado y producido. PUTA es mi historia, contada desde las heridas que supuran, desde la llaga y la carne abierta y PUTA es, también, parte de mi camino de sanación".

Profundiza todavía más Zahara en el concepto del disco: " Cuando tenía 12 años y me llamaban puta se me hundía el mundo. Sentía que todo lo que me pasaba era porque me lo merecía y solo quería desaparecer si alguien me atacaba con esas cuatro letras".

" Escrito aquí, al lado de mi nombre, ha perdido todo su significado. Puedes decírmelo a la cara. Ese insulto que he recibido durante toda mi vida ya no me hace daño, está vacío de contenido. Esa incomodidad, ya no es mía. Ahora tú que estás ahí, al otro lado, tendrás que decidir qué hacer con ella", remata.

El álbum está producido por Martí Perarnau IV, quien explica que el plan era "hacer la banda sonora de su vida" tan solo con las herramientas que tenían en casa durante el confinamiento del pasado año: un portátil, un Moog y un micrófono.

"Así que, sin querer, dejando que fuera nuestro subconsciente el faro de nuestra deriva, compusimos un disco con esos tres elementos. Toda esa electrónica que tanto habíamos escuchado se convirtió en inspiración para iniciar una búsqueda extenuante hacia un sonido que fuera nuestro, único y que a la vez alcanzara una cota que escuchábamos en nuestros artistas favoritos, pero que nunca antes habíamos rozado", destaca.

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