"Seleccionar el modo random en el reproductor y acabar pidiendo disculpas por nuestros esquizofrénicos gustos musicales. A más de uno nos pasaría. Sin embargo, esa suerte de ruleta rusa es una de las armas más democratizadoras de la música, el único "lugar" en el que una pieza de ópera tiene las mismas posibilidades de acompañarnos en nuestro viaje a casa que una canción pop." Podéis seguir leyendo esta crítica en la web de Ámbito Cultural