Escucha selectiva

Por Mamareciente
Parece que en esta casa hemos descubierto nuevas modalidades de escucha selectiva, que por otra parte creo que es la más común también ahí fuera.
La selectiva y la nula, cada uno a contar lo suyo y nunca a escuchar a los demás, ea.
Que me desvio del tema. En casa hay dos modos como decía. Por un lado la del Chiquinini:
 

-Chiquinini, no dejes ahí tirado el abrigo. Llévalo a tu habitación.
- ¿Eh?
-Que lleves el abrigo a tu habitación.
-¿Eh?
- No te hagas el sueco. Que recojas eso ya.
-¡Uuuy!
La segunda modalidad es la mía. Ya he hablado alguna vez de cómo las madres tenemos superpoderes, a diferencia de los padres que parece que tienen sordera con los ruidos nocturnos de sus retoños. Las madres oimos los pasitos descalzos en el pasillo inmediatamente.
Bueno, pues la otra noche se cayó de la encimera de la cocina una sartén, armando al parecer un estruendo considerable, y yo NO lo oí. Y eso que la cocina está pared con pared con la habitación. Si la Chiquinina gruñe un poco, si en el dormitorio de al lado el Chiquinini habla en sueños, o si se levanta en silencio a hacer pis, me entero, eneguida además. Pero si suena un sartenazo no. Pa´qué. No puedo desperdiciar minutos de sueño con esas tonterías, hombre.