El sonido se produce por la compresión y descompresión del aire, produciéndose una onda sinusoidal que es lo que otorga la frecuencia al sonido. Para medir el sonido a pequeña escala, se debe poder medir los movimientos microscópicos, pero no existe ningún micrófono que pueda hacer eso.
Para ello, Jochen Feldmann capturó una partícula de oro de 60 nm atrapada en un láser e inmersa en agua con otras partículas como ella. Los científicos calentaron las partículas de oros circundantes con los láseres y observaban cuanto se movía la primera. Esto permitía captar el sonido con gran sensibilidad, además de su dirección. Una matriz tridimensional podría crear una imagen acústica de un objeto muy pequeño.
Fuente: News.discovery