Hoy paseando por las miles de páginas de Internet, he llegado a una que es de un padre objetor de la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
Ha sido interesante leerla, a la vez que esclarecedora para esta mente, que da las gracias a miles de personas que escriben en sus blogs, expresan sus opiniones , y temores ante los peligros de la sociedad moderna además de defender a ultranza la educación de sus hijos.
Dicho esto, tengo muy claro que la asignatura de EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANIA no debe de impartirse en los colegios a los escolares. No, hay que crear aulas de ESCUELAS DE PADRES. Ahí, ahí es donde esta asignatura debe de impartirse.
Ya que hay padres que reivindican (con todo el derecho) la educación de sus hijos...eduquemos primero a los padres.
"Las relaciones sexuales, es algo que debemos de tratar en el seno familiar" EXACTO, pero ¿está usted preparado para hacerlo? O solamente le explicará lo que su interior le dicte.
Eso estaría bien, pero debemos de engrandecer las mentes de nuestros hijos, debemos de hablar las cosas con la normalidad que exige el tema, y poner en su conocimiento las posibilidades que tiene de hacer, o no al respecto. Esto se llama libertad de acción.
Es bueno que les demos a nuestros hijos unas pautas a seguir, pero siempre y cuando dejemos la suficiente libertad de elección con el menor riesgo para ellos.
Los padres somos padres y parece que últimamente todos somos sicólogos, parece que todos tenemos el poder de la verdad dentro de nosotros y es bueno (creo yo) que nuestros hijos perciban que los padres no estamos en posesión de la verdad, pero si de la experiencia, pero que además estamos abiertos a las miles de dudas a la vez que miles de opciones que ellos nos pueden plantear.
Eso por no hablar de esos otros padres que no quieren oír ni hablar del tema porque "aún son muy jóvenes" resulta que luego son "demasiado mayores" y en ese intervalo de tiempo....se nos pierde lo que queríamos decirles, lo que ellos nos podrían haber dicho o lo que piensan al respecto, dando como resultado que no sabemos ni lo que piensan ni lo que hacen nuestros queridos hijos.
No me van a convencer de que ahora mi generación está todos dispuestos a hablar de sexo con un niño de 10 años o menos. ¿Es muy joven? Pues no, no hay edad para aclarar dudas, porque quizás esa duda se queda en nada, lo mejor es preguntar ¿tu que crees? Ellos son los que nos darán las pautas para hablar del tema, se actual sea, eso nos dará una idea de hasta donde han llegado y el lío o no que pueden tener en sus cabezas.
Ellos son los que siempre nos darán la guía a seguir para comenzar una conversación, ellos siempre recurren primero a nosotros, somos nosotros los que muchas veces con el "anda, anda, no digas tonterías" o "ya tendrás tiempo de hablar de eso, aún eres demasiado joven"
La diversidad de información en nuestros jóvenes es una riqueza, nosotros podemos decirles lo que pensamos, lo que hemos practicado o lo que no creemos que sea bueno para ellos, pero siempre dejando libre la opción de comparar con otra opinión para que saquen la suya propia.
No hay que tener miedo de lo que vayan a elegir, seguramente elegirán lo que nosotros les hayamos enseñado con nuestros actos, pero si no es así, no pasa nada, solamente ellos son ellos, no una propiedad privada puesta en la vida para vivirla de la manera que nosotros queramos o nos hubiese gustado vivir. Pero digo más si se equivocan, es hora, ahora si es el momento de hablar con ellos y decirles "No te apures, todos nos equivocamos, vamos a ver como lo resolvemos juntos ¿Por que esa obsesión con prohibir que a nuestros hijos se les de información sobre cosas, que ellos hablan todos los días en el recreo del Instituto, con los compañeros y no con nosotros?