Escupir hacia arriba

Publicado el 28 mayo 2015 por Confiesa

     Dani Alves podría haber elegido una opción de irse en silencio del Barça, y llevarse nuestro recuerdo más cariñoso, o podría haber aceptado una oferta de 3 años más con las mismas condiciones de ahora(teniendo en cuenta que acabaría el nuevo contrato con 35 años), o incluso haber esperado a acabar la temporada, y tras conseguir(o no) el triplete, reivindicar lo mal que le han tratado los directivos, explicar lo que quiso a esta afición y despedirse con respeto. Y hasta puede que muchos le hubiéramos apoyado en su crítica a la directiva.
     Pero ha elegido levantar las patas, romper el escenario, tirar las copas al suelo haciendo ruido, y evidentemente, sin conseguir otra cosa que no sea perjudicar a su club, arriesgarse a que lo dejen en el banquillo en esas dos finales, o si las juega, que un fallo suyo pueda considerarse voluntario o por falta de interés.
     Como el primo borracho que acude a la fiesta y la estropea, que se ríe en el entierro de un familiar o que cuenta esos chistes que no hacen gracia, por malos y repetidos, en las comidas de los domingos.
     Justamente en la semana en la que el Barça se proclama oficialmente campeón, justamente unas horas después de que Xavi Hernández levante el trofeo de liga por última vez en su maravillosa carrera, justamente cuando en la acera contraria despiden al entrenador que les trajo una Champions, y un ratito antes de que su equipo, el que le paga(y bien) afronte una final de la Copa del Rey y una final de Champions League y en lugar de hablar de Xavi o de los 12 entrenadores de Florentino en una década, estamos hablando de Alves, y evidentemente para mal.
     Y no entro, ni voy a analizar,  los motivos que pueda tener Alves. Tal vez porque me cuesta entender que cuando te pagan 7 millones de euros al año sientas que si no te dan al menos 8 significa que no te quieren, que no valoran tu esfuerzo, que te desprecian por darte SOLO 7 millones de euros al año, escasamente 590.000 euros al mes, apenas 20.000 euros diarios, incluyendo esos días en los que libras o en los que te duele un pie y nadie te descuenta los 20.000 euros.
     Yo he sido defensor de Alves, pero me es imposible separar su imagen del concepto de pesetero, y aun entendiendo que cada uno puede ganar lo que alguien le pague, lo que le critico al brasileño es su inoportunidad, su falta de sentido común, y ese ataque de desprecio a un periodista que podrá pertenecer al medio que sea, pero que no merece ni la falta de respeto ni la prepotencia, que hemos criticado en Mou y es difícil justificar en Alves sin copiar a esos madridistas resentidos que disfrutaban con los desplantes del portugués.
     Alves ha querido señalar a esa directiva,  a la que muchos criticamos, pero el escupitajo le ha salido hacia arriba y le va a caer a él, porque ahora hasta nos parece inteligente la actitud de Bartomeu no renovándole, y si le quedaba alguna esperanza de seguir la ha dejado caer por el sumidero con su fantasmagórica rueda de prensa, con sus patochadas impropias de un equipo tan grande.
     Alves, vete ya.