Pasado el verano de 1995 se estrenó en España una película que se iba a convertir en un éxito boca-oreja inmediato.
Provista de un guión alambicado pero férreo en su construcción provista de algún aderezo un pelín tramposo obra de Christopher McQuarrie y rodada con una singular energía y precisión por un desconocido Bryan Singer, la historia de mafiosos que conocimos como Sospechosos Habituales, The Habitual Suspects, acaba con una escena visual apoyada en una voz en off que simplemente es repetición de algo que ya hemos oído, dejando al espectador totalmente sorprendido: casi que patidifuso al ver como encajan las piezas del rompecabezas que acaba de disfrutar.
La escena, con ser la final, constituye una revelación que toda aquella persona que no haya visto la película debería obviar, porque lo suyo sería buscar inmediatamente el dvd y ponerse a ver la película.
Para el resto, es decir para los que ya la vieron y se acuerdan más o menos como acaba, ahí pueden disfrutarla con calma en el siguiente vídeo que en mi opinión merece estar en esta mini sección.
Véanlo, si les place.