Esta frase se oye a menudo. Pero hablarasí, consciente o inconscientemente, es dejar a Dios de lado. Es comprensibleque personas no creyentes razonen así, pero no podemos pensar lo mismo nosotrosque creemos en Dios.
No existe un destino ciego que dirija alazar las circunstancias, sino que hay un Dios que conoce y puede todo, quesigue un proyecto global incluyendo a cada una de sus criaturas. La Biblia diceclaramente que nada nos sucede sin que Dios lo permita. Las circunstancias que juzgamosfavorables en nuestra vida nos son dadas por Dios, quien es bueno. Si en ellassólo vemos el producto de un azar ciego, perdemos la ocasión de agradecerle porsu bondad.
Incluso las circunstancias que nosparecen negativas proceden de Dios, quien desea interpelarnos y acercarnos aél. Aprendamos a ir a él en cualquier situación, para buscar en oración y en lalectura de la Biblia lo que desea enseñarnos. Nunca olvidemos que su objetivosiempre es hacernos bien. Aunque no merezcamos nada, podemos estar seguros deque a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.
“Tú oyes la oración…” (Salmo 65:2). –“La paz de Dios gobierne en vuestros corazones” (Colosenses 3:15). – “Enquietud y en confianza será vuestra fortaleza” (Isaías 30:15).
Fuentes: Amen,Amen