Ese inmenso campo de batalla

Publicado el 19 septiembre 2014 por Romanas


Las bases de la pugna se hallan claramente establecidas: Podemos y  la independencia de Catalunya, Botín, el auténtico ideólogo, que no Arriola, que sólo es el instrumento táctico, "dixit". ¿Por qué? Porque Podemos ha demostrado que se puede abrir brecha en el muro, este nuevo muro de Berlín, mucho más canallesco y trapacero que aquél. Y porque Catalunya, pero qué jodida paradoja, la 1ª comunidad que se cargó los centros de salud y los quirófanos, se ha convertido en el adalid de los progresistas. Hay que joderse, coño, ¿qué es lo que está dispuesto a hacer Mas si gana la batalla, meterá en la cárcel a los médicos que receten lo que sea y cerrará de una vez las puñeteras farmacias? Pero decía que una de las cosas que asustó a Botín, hasta el punto de provocarle el infarto, fue la intentona separatista de Catalunya. Si España se desintegrara, otra vez, en una serie de reinos de Taifas,  habría que abrir ahora nuevas sucursales bancarias que apenas si se acababan de cerrar. De locos. ¿Qué se puede hacer seriamente, pensó el cántabro, con un país así? Y, lógicamente, fue y se murió. No tenía otro remedio. Pero el problema, los problemas, se han quedado ahí y Ana Patricia no tendrá más huevos que resolverlos. ¿Cómo? ¿Quién lo sabe? Yo, por lo menos, no. El caso es que, como decíamos, el campo de batalla ha quedado así: de una parte, un tipo que todo lo que sabe lo aprendió en los libros, tiene cojones, ¿cómo está seguro el tío de que la cosa va a funcionar?

Y, de otra, una comunidad, según ellos mismos, un jodido país, que estando siendo aplastado por un líder tan canallesco que no dudó un instante en prenderle fuego a la mecha que ha provocado el incendio, se apresta ahora a una lucha dirigida por ese mismo canallesco individuo, ¿es o no de locos, pero de locos de atar? O sea que, ante un problema como éste, lo de morirse a toda prisa, como ha hecho Botín, es uno de los actos más inteligentes que pueden realizase. A ver quién es el guapo que viene ahora y nos dice qué debemos hacer, había escito “podemos” pero lo he borrado por la cacofonía. La situación, como vemos, es desesperada, absolutamente. Si no intentamos, como sea, quitarnos de encima a estos ladrones que son al propio tiempo nuestros asesinos, no tenemos derecho a considerarnos siquiera seres humanos pero esto sólo fuera de Catalunya, en dicha tierra de garbanzos sí que se puede, coño, apoyar lo que pretende el peor de todos ellos, ¿qué clase de puta lógica es ésta? Como se ve, no se trata de dos problemas sino del mismo y jodido cáncer el que nos invade por todas partes. Para quitarnos el tumor de encima, hemos de recurrir a unos médicos que ya han demostrado muchas veces: primero, que no saben medicina y, segundo, que si la supieran, si alguna vez la aprenden, jamás tendrían la decencia suficiente para aplicarla. La situación es tan absolutamente desesperada que les juro que me ha saltado hasta el teclado esa aberración que dice que, a lo peor, la única solución que hay, pero será posible, coño, que yo escriba algo semejante, es la el supercanallesco cirujano de hierro. Y dejo inmediatamente de escribir no sea que se me ocurra, así, espontáneamente, otro disparate aún mayor, si es posible.