“No estamos acostumbrados a compartir lugares y encuentros donde no se espere nada, ni donde nadie espere nada de ti. Pero, cuando te sumerges en un espacio así, entonces es automático: el cuerpo empieza a relajarse, las células se relajan, el sistema nervioso se relaja, la forma de procesar ideas se relaja y las ideas que empiezan a moverse son más amplias, son más elevadas a nivel de frecuencia, por ese punto de naturalidad, de no expectativa”.
Sergi Torres