Esencia humana

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Estimados lectores, tengo que admitir que hoy no sabía de qué escribir. Primero pensé en abordar los últimos bandazos del Gobierno, que una vez más, vuelve a estar de actualidad por lo retrógrado y asfixiante que nos deja el panorama a los de siempre. Sin embargo, estoy hasta las narices de este Pinocho que tenemos por presidente, que es el descrédito personalizado y que ya me da hasta urticaria. Tampoco me atrevo a pronunciarme sobre ese gran descubrimiento científico (el bosón de Higgs) que muy bien han abordado ya mis compañeras Byzelman y Tavarishka, y que a mí, la verdad, no me seduce. Así que me he dejado llevar por lo que me pedía el alma y he optado por recurrir a uno de los clásicos, que expresa como nadie lo que, para mí, sigue siendo la esencia humana. Aunque ya no esté de moda.

No digáis que agotado su tesoro

de asuntos falta, enmudeció la lira:

podrá no haber poetas; pero siempre

habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso

palpiten encendidas;

mientras el sol las desgarradas nubes

de fuego y oro vista;

Mientras el aire en su regazo lleve

perfumes y armonías,

mientras haya en el mundo primavera

¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance

las fuentes de la vida,

y en el mar o en el cielo haya un abismo

que al cálculo resista;

Mientras la humanidad, siempre avanzando,

no sepa a dó camina;

mientras haya un misterio para el hombre,

¡habrá poesía!

Mientras sintamos que se alegra el alma

sin que los labios rían;

mientras se llora sin que el llanto acuda

a nublar la pupila;

Mientras el corazón y la cabeza

batallando prosigan;

mientras haya esperanzas y recuerdos,

¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen

los ojos que los miran;

mientras responda el labio suspirando

al labio que suspira;

Mientras sentirse puedan en un beso

dos almas confundidas;

Mientras exista una mujer hermosa,

¡habrá poesía!

(Rima IV, Gustavo Adolfo Bécquer)