1. El esmalte.
Les comentaba arriba que es el que más me ha costado sacar adelante y tiene su porque. El tono de este esmalte es precioso aunque yo más que un menta claro, veo un celeste pastel muy muy claro. Y dado que sus compañeros Gourmandise y Peach Neglicé cubrían tan bien y de una manera tan homogénea...esperaba lo mismo de él. Pero lo cierto es que, no sé porqué, este tono es más difícil. El problema no está tanto en la cobertura como en que las pasadas del pincel no queden marcadas en la uña, de manera que el acabado con dos capas, a menudo no me quedaba homogéneo. Ya saben que dar tres capas, además de algo cansino por el tiempo que hay que esperar al secado, tampoco es muy conveniente si vamos a hacer cualquier tipo de nail art porque al final, el esmalte se pone denso y se termina levantando a la mínima que apliquemos cualquier cosita (perla, estampación, celo...). Y eso es lo que me ha pasado con éste. Dado que mis impresiones sobre los anteriores eran tan positivas, quería comentarselo porque no se "comporta" igual.
Eso sí...con paciencia, obtenemos un tono bonito a rabiar. Esta foto está tomada con flash. Ahora, en el nail art, veremos fotos a la luz del sol.
2. La manicura.
...y también recordé que tenía un corazón similar en una de mis placas así que decidí hacer una propuesta que combinase con ella, con ese toque romántico que la caracteriza. En las uñas pulgar y corazón apliqué un azulón más intenso, el Bluebell de LOLA y sobre él estampé en blanco un corazón similar al de la prenda. Con el punzón y el Menthe Glacé, hice topitos alrededor del mismo.
Es una propuesta sencilla, pero con su toque coqueto y muy ponible en este sentido.
Les dejo como siempre, foto del conjunto.
Espero que les haya gustado.
BESOS!